martes, 12 de septiembre de 2017

Capítulo 24. Estoy como el pico!

Hace tiempo que no escribo por diversas razones. Hoy escribiré de mí y de cómo llegue a estar como estoy hoy. Partiré con un: hoy estoy como el pico.

El jueves pasado, fui al médico y me dieron ocho días de licencia, que creo no debí haber tomado, porque el tiempo de ocio, se convierte en tiempos de tortura mental. 

No había tenido pausas desde los días que me tomé cuando falleció mi mamá a finales del año pasado. 
Pensé, que estos días en casa me harían muy bien para descansar, y leer y ver películas; pero desde el domingo en la noche que no he parado de llorar. Es como si mis ojos fueran un par de grifos veraniegos abiertos en alguna pobla. 

He llorado, y llorado y no he parado de llorar. Tengo un nudo en el estomago, la guata dura, tensa. Es cómo si hubiese acumulado años y años de pena y ya no puedo seguir reteniendo todo y lo solté. 
El negrito y los niños, no saben que decir, todos se han acercado y yo los he evadido olímpicamente,  porque no sé porque lloro y no puedo parar. Mi corazón ha acumulado creo tanta pena y dolor que se derrumbó. Me encuentro en el hoyo mismo y tengo dos opciones: terminar de hundirme o salir a flote de nuevo (sí de nuevo)
Si me preguntan ahora, no tengo ánimos de nada. He generado tal nivel de estrés en mi cuerpo que hasta con vómitos he estado. 
Quiero desaparecer. A ratos siento que me volveré loca. Saldría corriendo.

Pienso en mi mamá, en mis tatas. En mis hermanos, en mi papá, en mis sobrinas. Pienso en mi trabajo, en las clases. Pienso, en todo y en todos. Y no puedo para de llorar. Todo esto es terrible. Estoy agotada de tratar de estar bien, de rendir en todos lados , de ser la hija, la hermana, la tía, la amiga, la compañera. Ya no me quedan fuerzas para seguir a ningún lado. 
Debo seguir acaso?
I dont know.