domingo, 23 de abril de 2017

Capítulo 20. Ha vuelto!

Tengo un poco de miedo, porque creo que la Brígida ha vuelto!

Estas últimas semanas han sido muy complicadas emocionalmente hablando, creo que muchas cosas han sucedido y resulta que por esas casualidades de la vida volví a reencontrarme con la Brígida. Volvimos a conversar, y recuperamos tantos años perdidos de relación. 

Justo en los momentos más complicados de mí vida, ella vuelve como si supiera que estoy mal y que la necesito. Sabe que decir y que hacer en estás situaciones, porque me conoce tan bien por Dioh! 
Fueron tantos los años de postricidad que nos unieron durante la más tierna juventú, que el reencuentro ha sido algo así como que todos los planetas de alinearon para dar paso al choque de los mundos y crear un nuevo universo entre nosotras. Y no miento, ella siempre me acompaña en los peores momentos de la vida. 
A nadie que me conoce le tiene mucho aprecio a la Brígida, porque sabe que juntas somos como una súper mega dupla, como un huracán...arrasadoras. Juntas podemos arrasar con "El Cielo" y desabastecer al país con sólo proponerlo, en menos de veinticuatro horas y con antecedentes que lo avalan como un hecho histórico. 
Entonces, aún no sé si viene solo de pasadita por mi vida nuevamente, o si es que quiere quedarse por algún tiempo o pá siempre, pero sin duda alguna, se vienen muchos metros cúbicos para nuestros cuerpos que desean crear un universo nuevo. Unidas somos más fuertes; más sedientas, más peligrosas, más rancias, más amor del bueno, más hampa a nuestra existencia rehablitada! Porque juntas abandonamos declaradamente hoy el Sendero del Señor, para volver como reinas de la noche a la postricidad. He dicho. Es palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús. Amén. 

sábado, 15 de abril de 2017

Capítulo 19. El Sendero del Señor

Y yo aún no me entero cómo ni en que momento es que retome el sendero del Señor y deje la vida pecaminosa que llevaba llena de vicios. Ya, nunca tanto la verdá! Porque no soy ni tan beata, ni tan milagrosa, ni tan sobria como para admitir tal grado de milagro.

Resulta que de un tiempo a esta parte en mai laif he estado un tanto alejada del mundo de excesos etílicos, y supongo que todo se debe a mi casi nula actividad social en los meses de enclaustramiento que es el resultado de ser una trabajadora, estudiante, dueña de casa, Elvira, amiga, señora de la risa y los infinitos seres que viven dentro de mí; porque si tuviera el tiempo de antaño, otro gallo cantaría en esta historia de rehabilitación.

El otro día salí, por esos milagros que ocurren solo en semana santa y ni siquiera cumplí con la cuota mínima de bebestible, cuando desistí por que hacia frío. ¡Porque hacia frío!, que excusa más de mujer rehabilitada en el sendero del señor. Así que por ende no hay mejor prueba de que el pulento existe y que hace milagros para semana santa. Soy un ejemplo de milagro de semana santa. 

Después de aquella prueba superada por los años de embriaguez callejera de cuneta, cuma y del hampa, puedo decir que la luz del señor entro en mi vida, aunque claro, aún no se si la luz se quede o no en mí, porque queda solo un poco para cumplir con el rito del natalicio; y en las celebraciones de los natalicios, sea de quien sea, siempre hay que brindar (mucho o poco) por los años que se nos van y por los que vienen. Así que esta vez, aún no cantare victoria!