domingo, 14 de mayo de 2017

Capítulo 22. Día de la Madre

En mi familia nunca hemos sido de la idea de celebrar el día de lo que el comercio estime conveniente celebrar; y no es ser amargada con quienes si les gusta celebrar. Es más bien una manera practica de ver la vida. 

Mi mamá siempre me decía porque solo debe ser un día? Acaso no puede ser el día que queramos o repetirlo en infinidad de ocasiones durante una semana, un mes o un año? Porque no es necesario que exista un día para reunirnos, o para celebrarnos o en definitiva para amarnos. 

Fue así como en especial esta fecha y en especial este año es el primer día de la madre que me encuentro en el mundo sin la mía y es difícil lidiar con todo el bombardeo de emotivas postales con las que las redes sociales me bombardean. Es difícil como una fecha que no significaba nada, se convierte en dolor. 

Fue así como trate de pasar el fin de semana con mi familia y en especial con mi papá, que es por estás fechas cuando el mundo le recuerda a gritos que perdió con quien compartió más de la mitad de su vida y quien fue la madre de sus hijos. 

Y ese nuevo padre- madre, que de un momento a otro le toco llevar ambos roles con hijos grandes, y que muchas veces no sabe que hacer, ni decir; y trata de ser como la mamá que ya no tengo, tratando de pensar que habría hecho la Monita.

Nos unimos en el silencio del dolor, sin decirnos ninguna palabra al respecto. No dijimos nada sobre la venta indiscriminada de chocolates, o las flores y peluches alusivos al día de la madre. Tampoco dijimos nada al ver matrimonios con sus hijos. Tampoco dijimos nada hoy. Cada uno vivió en silencio la ausencia de mi mamá el día de hoy.

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