martes, 13 de marzo de 2018

Capítulo 30. Las piedras

Reflexionaba durante estos días de pajerismo/laboral/practicante sobre ese afán que tenemos los humanos de tropezar con la misma piedra una y otra y otra vez. 
Bueno quizás no son todos; quizás soy solo yo, y saben lo peor de todo es que, como que me anduve encariñando con ellas y es BRÍ GI DO!
(y en mi cabeza suena: tropecé de nuevo con la misma piedra la canto con la manito en la oreja, entrecerrando los ojos, ladeando la cabeza mientras intento sonar afinada

Me cuesta una cantidá soltar después de algún episodio de decepción/tristeza. Yo me pregunto, no debería ser más fácil acaso? Pero bueno, nací porfiada y terca como una mula, y para mí no es para nada de fácil. Soy muy géminis pa mis weás por la shusha. Soy una perra tan sentimental, me las sufró todas, lloró hasta cansarme, después de eso viene la calma. Claro a ratos. 

Saben que es lo peor de encariñarse con las piedras, que uno perdona una y otra vez y es así como la gente se acostumbra a hacerte daño y es porque uno les permite que tengan ese poder sobre uno. 
Porque mierda, si sé que algo me hace mal, sigo intentando hasta el cansancio, aunque claro eso no es siempre así. A veces intento que las cosas resulten de buena forma, pero en otras ocasiones y eso depende de la luna, las estrellas y los cometas, mis niveles de paciencia son superados y mando todo a la shusha sin pensarlo mucho.

Seré sincera, soy una persona que da muchas oportunidades antes de dejar de perdonar a la gente que me hace daño, lo que ha sido nefasto en cuanto a el desgaste emocional que esto me ha provocado. 
No he tenido tantos amores, pero los que han existido, han sido como tener a los guionista de alguna teleserie mexicana llena de milagros; con ciegos que vuelven a ver, pobres que eran ricos, lisiados que caminan y claro, yo aún no he visto ninguno de esos milagros en mai laif, pero han tenido harto drama, llanto, peleas, reconciliaciones y términos desafortunados.

Aún no aprendo a que hay que desprenderse de esos amores tan funestos y dolorosos. No se que habré hecho en mis vidas pasadas, pero en está me ha tocado arreglar todas las cagás que tuve en mis mil vidas pasadas, no me explico de otra forma tanto infortunio en una sola persona.

Supongo que los años (espero tatita Dioh), me darán la capacidad de dejar el suelo al que me aferro cada cierto tiempo cuando me suceden esta clase de desgracias y aprenda a limpiarme las rodillas y pararme con mayor velocidad para no encariñarme con las piedras nuevamente.




martes, 6 de marzo de 2018

Capítulo 29. El amor

Se me arranco un suspiro e inmediatamente una arcada y un dolor estomacal profundo con el sólo hecho de pensar en el amorsh. 
Y es que, sí, amar ya es un desafío. No hay nada más complejo que las relaciones humanas, pero a eso sumémosle la cantidá de estímulos visuales (como diría Yayo, del Cuarteto Obrero) a los que se está expuesto estando en pareja. 

Personalmente,a pesar de haber tenido un par de relaciones importantes en mi vida, no me considero para nada la doctora corasaund. Es más sería un desastre, porque bueno, ya lo soy un poco. 

Me han pateado siempre, no se si eso será bueno o no, o un patrón quizás. Siempre he quedado con la sensación de decepción después del quiebre. Me cuestiono todo. Lloró como si el mundo se fuera a acabar, para volver nuevamente a la calma. 
Quizás nuevamente me retire de las pistas de aterrizaje del amor, porque hace unos meses atrás me volvieron a patear, algo con más escándalo y drama que "Lo que el viento se llevo"

No niego que en parte mis decepciones amorosas han llevado que sea este engendro tan incrédulo con la posibilidad de estar en pareja, y eso se replica en mis no ganas de familia, y bueno de guaguas. 

Abandone hace varios años atrás (después de mi ruptura/quiebre/término de una relación muy larga que tuve) la idea romántica del amor, para creer en una versión proyectada de mis errores en mi relación con el amor y crear una nueva versión más realista de lo que sería el love para mí. Aunque debo aclarar, a pesar de haber cambiado mi modus operandi, no dio mucho resultado en mi última relación, quizás por otros motivos. 

Abandone los planes y las proyecciones; y procure vivir el día a día. Bueno me detendré aquí, porque esta decisión nació después de perder a gran parte de mi familia de manera progresiva los últimos años, decidí vivir el día a día y no hacer planes a largo plazo. Esto lo replique para mis relaciones amorosas también. 
A pesar de no creer mucho en la factibilidad del amor a largo plazo, no ha significado que no crea en el amor. Tengo amigos y amigas, que aún me dan algo de esperanza en quizás volver a creer en la entrega absoluta a otra persona. 
Mientras tanto, yo seguiré amando el aire en mi cara al momento de andar en bicicleta volada. Seguiré amando ver a mi gata dormir en mi cama. Amare reírme hasta que el ataque de tos awelo senil me ahogue y casi me deje sin aliento. Amaré pasar tiempo con quienes amo. Seguiré amando otras cosas que me permitan amar de una manera diferente al amor de pareja.
Bueno, eso es lo que me queda, amar. Amar sin miedo al dolor, sin prohibiciones, sin privarse de entregarse por completo, aunque exista la posibilidad de salir lastimado una y otra vez. Por el momento sigo recomponiendo mi corazón y saben con que? Con más amor. 
Las chicas superpoderosas fueron y cantaron un himno al amor, y es cierto, para quien perdió las esperanzas, debería escucharla.










jueves, 1 de marzo de 2018

Capítulo 28. Maternidá

Hace unas semanas atrás falleció la mamá del Antonio, mi papá. Para que puedan entender porque la describo así es porque jamás tuve ningún tipo de vínculo afectivo con mi familia paterna y bueno dadas las circunstancias de dicho episodio acompañe a mi papá al velorio y el funeral. 

Como nadie me conocía, tuve que contar un resumen de mis casi  tres décadas de vida a cada persona que mi papá me presento como la que era su familia, y bueno también era mía. 

Los diálogos partían algo así como: "Hola soy Constanza... bla bla bla!" Después con un dejo de molestia mi monólogo de transformo en un "Hola soy Coni, la tercera hija de Antonio, nadie nos conoce porque somos la familia exiliada por su propia familia" A eso le sumamos sus caras de preguntas y comenzaron sin timidez a preguntar: y que hace?, que edad tiene?, esta soltera?, tiene hijos? 

Soooo guattt!!! Grito mi yo interior. Todos me preguntaron si tenía hijos, si acaso pensaba en tenerlos o si no tenía planes de tenerlos. Como no los tengo, y quizás un poco molesta porque me lo preguntaron una y otra y otra vez, mi respuesta paso de ser un "no, no tengo hijos ja ja ja" a un "si, tengo una gata que es como mi hija y se llama Sofía". (Risas)

Claramente después comprendí porque tanta preocupación por los hijos, si tendría o sí no. Solo tuve que mirar a todas las sobrinas de mí papá y las que serían mis primas, que tienen la misma edad mía, y claro todas tienen hijos. Lo que está super bien. 
Lo que está super mal fue la presión social con la que sentí todos estaban juzgando mi envejecimiento uterino. 

Fue heavy y bueno lo sigue siendo un poco, porque desde ese episodio el Antonio enloqueció un poco. Sí, mi papi no se si será por todo lo que hemos pasado o que, pero lleva semanas hablándome de guaguas, pañales, coches, embarazadas, y bla bla bla. 
Papi no pierdas la cabeza en situaciones que ni yo que soy la dueña de mi vida tengo el control, no pierdas la cabeza como el resto de la gente que anda pendiente de cuando andaré preñá, porque eso no le incumbe a nadie más que a mí, mucho menos le incumbe a un montón de parientes desaparecidos. 

Y al resto de la gente, agregue a sus preguntas que no debe hacerle jamás a otra gente sobre guaguas, tatuajes, orientación sexual y todo lo que respecte a las decisiones íntimas y personales que cada quien toda de su vida, porque por su puesto ES SU VIDA.