Esta es mi vía de escape.
Hace algunos años decidí comenzar a escribir mi vida como una manera sencilla de liberarme y a pesar de que lo intento cada día, existen cosas de las que no puedo liberarme aún con el pasar del tiempo.
Aunque no son sólo cosas, hay sentimientos, emociones, situaciones y una infinidad de cataclismos y explosiones internas que han hecho que me convierta en lo que soy hoy.
Pero que soy? Soy la explosión. Soy el desastre. Soy el caos. Soy la pena. Soy el rearme constante después de la tragedia, porque es eso en lo que me he convertido el último tiempo, en un completo y absoluto desastre.
Mis últimos años han sido horribles en ámbitos emocionales y a sido ese cúmulo de situaciones, pérdidas y evasión drogadicta que me ha llevado a estar. Sólo a estar. Simplemente sobrevivir, pero no se sí realmente quiero sólo sobrevivir, acaso la vida es sólo esto que me toco vivir?
Una infinidad de veces me han dicho, que tengo que estar bien, que debo seguir adelante, pero nadie sabe lo que es lidiar con tanto. Llevo tanto tiempo bailando con la fea, que ya simplemente no quiero más. Me aburrí que me digan que debo intentar. Acaso ya no lo he intentado lo suficiente? Estoy agotada de seguir intentándolo siempre.
Llevo ya dos días en cama, encerrada en mi pieza, durmiendo a ratos, sintiéndome morir a cada momento un poquito más. Me duele el cuerpo, me duele respirar, me duele vivir.
Sí, me duele vivir y es aterrador. Acaso no queda nada de mí ya? Quizás no. Ya toque fondo? Si la respuesta es un no, cuánto más debo hundirme? Porque ya no puedo respirar.
Duele. Me duele todo, cada parte de mí duele; de un momento a otro se convirtió en un dolor profundo, que invade cada parte de mí o de lo que queda de ella. Me aterra seguir viviendo. Tengo miedo de mí.