jueves, 22 de febrero de 2018

Capítulo 27. La crisis

Esta es mi vía de escape. 
Hace algunos años decidí comenzar a escribir mi vida como una manera sencilla de liberarme y a pesar de que lo intento cada día, existen cosas de las que no puedo liberarme aún con el pasar del tiempo. 
Aunque no son sólo cosas, hay sentimientos, emociones, situaciones y una infinidad de cataclismos y explosiones internas que han hecho que me convierta en lo que soy hoy.
Pero que soy? Soy la explosión. Soy el desastre. Soy el caos. Soy la pena. Soy el rearme constante después de la tragedia, porque es eso en lo que me he convertido el último tiempo, en un completo y absoluto desastre. 

Mis últimos años han sido horribles en ámbitos emocionales y a sido ese cúmulo de situaciones, pérdidas y evasión drogadicta que me ha llevado a estar. Sólo a estar. Simplemente sobrevivir, pero no se sí realmente quiero sólo sobrevivir, acaso la vida es sólo esto que me toco vivir? 
Una infinidad de veces me han dicho, que tengo que estar bien, que debo seguir adelante, pero nadie sabe lo que es lidiar con tanto. Llevo tanto tiempo bailando con la fea, que ya simplemente no quiero más. Me aburrí que me digan que debo intentar. Acaso ya no lo he intentado lo suficiente? Estoy agotada de seguir intentándolo siempre.

Llevo ya dos días en cama, encerrada en mi pieza, durmiendo a ratos, sintiéndome morir a cada momento un poquito más. Me duele el cuerpo, me duele respirar, me duele vivir.
Sí, me duele vivir y es aterrador. Acaso no queda nada de mí ya? Quizás no. Ya toque fondo? Si la respuesta es un no, cuánto más debo hundirme? Porque ya no puedo respirar. 

Duele. Me duele todo, cada parte de mí duele; de un momento a otro se convirtió en un dolor profundo, que invade cada parte de mí o de lo que queda de ella. Me aterra seguir viviendo. Tengo miedo de mí. 


viernes, 2 de febrero de 2018

Capítulo 26. Brígidamente Postre

La Brígida no soy yo, pero es parte de mí. Algo así como una amiga imaginaria o un alter ego aparece y desaparece dependiendo de los diversos estados psicotrópicos, emocionales y mentales por los que pase mi vida.

Ha estado en los peores momentos, cuando realmente he tocado fondo, cuando casi me he ahogado en los problemas de mi propia existencia. Ha llegado con el poder de destrozar todo; de sacar lo peor de mí, para lograr sacar lo mejor. Suena contradictorio, y sí, lo es; pero ha sido el mecanismo que forme para superar los peores momentos a los que me he enfrentado en mi vida. 

Ella tiene la valentía de destruirme, para hacerme sacar fuerza de mis estados evasores, para aferrarme a esa nueva versión de mí después de la catástrofe. 
Los últimos años, los he catalogado como horrendos, dolorosos. Unos años culiaós. Y he evadido todo. Me evado destruyéndome. 

Es en esos momento, cuando Brígida vuelve a mi vida. Ya no tenemos porque seguir así, sí podemos lograr estar peor. Un amigo mío siempre dice: "Uno siempre puede estar/quedar más para la cagada" Y es verdad. Y cuando ya no es gris, sino que negro, mi alter ego me rescata de la oscuridad, para mantenerme en  la penumbra, hasta que sola logró nuevamente encender la luz en mi vida. 
Pase por períodos en los que me sentía una alcohólica, pensé que realmente tenía problemas para manejar mí consumo de alcohol. Fui tan irresponsable en esa época, pero fue mi manera de evadir lo que me pasaba o lo que me pasa. 
Creo que aún no toco fondo, y que por eso aún no he caído por completo en el espiral etílico con el que enfrento mis desastres emocionales. Aún no he tocado fondo, pero presiento que Brígida me está esperando a la vuelta de la esquina con la botillería completa a mi disposición y la verdad, no sé si tendré la fuerza de voluntad para decirle que no esta vez.