miércoles, 27 de julio de 2016

Capítulo 11. Palabrotas.

Continuamente (si es que no es a diario) escucho a mi mamá decir: "Puedes hablar con menos garabatos", "para eso gastamos tanta plata con tu papá educándote?" bla bla bla. 

La verdad verdadera, es que no se en que momento de mi vida me volví en un engendro garabatero y bueno para las shushadas. Lo peor de todo, es que me gusta decir garabatos, la palabra soez, la cosa coshina, el doble sentido; no lo puedo evitar. 
A raíz de esto he realizado un análisis profundo de porque, porque me convertí en lo que soy ahora: un ser con la mente podrida y el hocico de alcantarilla (como suele decirme a veces con un tono de amor maternal inconfundible mi madre).


Bien; mi entorno más cercano son hombres; desde siempre, desde que soy chica, siempre me he juntado con muchos hombres, y esto es bien sencillo: porque tengo puros hermanos. 

Mi mamá que se ha caracterizado toda la vida por ser una mujer super práctica (era de ser no ? Teniendo hijos con dos o tres años de diferencia, no estaba pa más encima andarse calentando la cabeza) decidió que mi atuendo perfecto sería jardinera y bototos. Pero no solo por un tema practico, sino porque de chica fui una guasha loca, terrible loca. Andaba arriba de los arboles, me tiraba en skate cerro abajo (lo que en una oportunidad me dejo con un tajo en la cabeza y con puntos sin anestesia.), y porque obvio, no tenia amigas, me juntaba con puros niños y ese atuendo me permitía moverme con libertad sin tener que andarme tapando los calzones al trepar los arboles o cuando jugaba a las bolitas o a la pelota. Permitía que jugara a la par con mis hermanos. 

Destaco de sobre manera mi primer mundillo porque de ahí pa delante comienza esta bola de nieve. en la que termino con el engendro que soy hoy. Pero vamos con calma. Mi madre, mujer visionaria, cacho en lo que me estaba convirtiendo, algo así como una especie de marimasho, a lo que todo el mundo llama y conoce comúnmente como una Juana Tres Cocos y decidió que yo debía interactuar con más niñas, relacionarme con mujeres, haber si se me pegaba en algo lo señorita. Me metió a prekinder, en el mismo colegio donde estaban mis otros dos hermanos mayores. 

El colegio mixto no se si ayudo en algo, porque me seguí juntando con hombres.La escuelita rurals, no hizo nada más que perder todo el avance que mi madre había logrado en cuatro años de lograr que fuera menos Juana Tres Cocos. Volví a la libertad, a andar a pata pelada todo el día, bañarnos en la acequia durante el verano. Me volví un mono. Dos años bastaron para volver a estudiar a mi antiguo colegio, con mis antiguos compañeros.Tres años bastaron para decidir, que no haría ni cagando la media con hombres. Tenia compañeros tan aweonaos. Me tenían chata. Odiaba a los hombres. Lo terrible de odiarlos, era que ellos (los hombres) habían sido mis partners de todo lo que llevaba de vida en este mundo, todo porque en esa etapa de la vida los hombre son muy requetecontra aweonaos.

Debía buscar colegio y esa fue la única condición que le pedí a mi mamá, por favor que no sea mixto. Y solo postule a uno, con el nombre más santo -cristiano - católico - apostólico - romano  de todos. 
En mi adolescencia perna y nerd, termine de desarrollarme, y convertirme en algo menos engendro. No decía garabatos, no tomaba, no fumaba, no perriaba hasta abajo. No nada. Me convertí en lo mas parecido a una señorita, pero vino la nación del fuego y ataco mi vida justo en los momentos en que yo ya estaba encarrilada en el sendero del señor. Conocí las botillerías y de paso mi primer amor: la cerveza. Es aquí, donde me separo del camino de don Jeshú, porque el multiplicaba el vino, no la cerveza, y a mi en esos años no me gustaba el vino como me gusta ahora. 

Comencé a estudiar en Valpo. Valpo po, Como no quería que me descarrilara con semejante tentación. Donde podía beber desde las once de la mañana, donde había hora feliz (realmente feliz) y te vendían el copete al costo. Y fue en ese entonces donde comencé con la Mala Praxis in mai laif. Empece a fumar, a tomar y conocí a una amiga que no hila ni una sola frase sin una shushada entremedio. Fue entonces cuando a la Conífera se le soltaron las trenzas, y se lanzo a la vida. Bueno, en paralelo mis hermanos, seres de la mente sucia y perversa, fueron quienes me guiaron para que nadie me viera la cara, para defenderme de las tallas cochinas de los hombres (otros hombres) y comenzaron a interiorizarme en este mundillo del doble sentido. Y debo decir con orgullo que fui una alumna aventajada. Aprendí a responder las tallas dobles sentidos que ellos me decían o las ordinarieces . 
Han visto alguna vez la cara que pone un hombre cuando una mujer le responde con algo peor a la ordinariez que ellos dijeron? Loco he acumulado en mi cabeza, mil imágenes de rostros masculinos descompuestos a escuchar tales bellas palabras salir de mi boca, para posterior, venir un silencio absoluto y una carcajada mía diciendo: "yo te lo dije, te voy a responder algo peor" 
Después vino la vida laboral. Yo mujer de la risa sutil, la talla cochina y las respuestas veloces cayo parada en una obra llena de maestro piropeadores. Mis primeros partners y de los que aprendí un montón fueron los pintores. Los hombres buenos pal piropo bonito oyeee. Y yo que aprendí a no quedarme callada siempre les respondía con algo que ellos (hombre de experiencia) no esperaban. Debo reconocer que aprendí cosas peores.
Ya a estas alturas de la vida, con un cumulo de experiencias, me adecuo a los ambientes. No se si a toda la gente le pasara, pero por ejemplo, si me toca ir a un lugar donde todos son medios flaites, me pongo media flaite. Si me toca estar en un lugar mas pituqui, me comporto de mejor manera (guardando todos los chistes que tengo) Hay oportunidades, en las que de verdad vuelvo a ser la perna- nerd del colegio y me comporto; y en otras ocasiones, hablo puras ordinarieces. Me adecuo a las situaciones y circunstancias y de la gente con la que este en ese momento. 

Siempre he asumido, que no fue culpa ni de mis papás, ni del colegio de monjas, ni la escuela rurals, ni los maestros de la contru; ni de nadie el gusto que tengo por las shushadas! Supongo que es algo así como un gusto adquirido. Así mismo como aprendí que el vino era rico con el paso del tiempo; así mismo fue como me fui por este camino de los ordinario y vulgar de las palabras. Y debo asumir (perdón mamita, se que esto no es tu culpa) que me gusta decir ordinarieces y me gusta la talla doble sentido.


lunes, 25 de julio de 2016

Capítulo 10. Don Jeshu, la misa y las monjas!

Salvo por mis dos años que estuve en la escuelita rurals, mis otros doce años de colegio estudie en colegio de monjas. (De prekinder a segundo básico, de quinto a octavo y de primero a cuarto medio), que sumando y restando no fue tan terrible.
A pesar de convivir tantos años con las monjas, las misas, Tatita Dios y don Jeshu, jamás fui convertida. No fui, no soy y no seré jamás una ferviente católica. Solo estoy bautizada. No hice la primera comunión, no me confirme y no creo que me case, eso lo tengo más que seguro.


Odio las misas desde siempre, pero en especial desde la enseñanza media. Era horriblemente aburrido la misa del primer viernes de cada mes; los momentos espirituales todos los días. Que lata más grande orar. Las misas me dan sueño. Bostezo y cabeceo sin control alguno. 
A pesar de tantos años asistiendo a misa, nunca me aprendí el orden con que se leía el salmo, y todos los otros ritos. Aunque si me aprendí algunos textos que decía el curita de turno como (cito testuals) "Tomad y bebed todos de él" bla bla bla. Todas bebimos y todo mi problema con el trshágo es culpa del curita, que desde chica me incentivo a beber y de ahí en adelante que soy buena pa tomar. 


Sin haber hecho la primera comunión, fui todos los años monitora en los retiros de primera comunión de las niñitas de cuarto básico; que era un viaje a la playa a jugar y reflexionar. Lo pasaba tan bakan. Armar dinámicas de juegos, ensayar las porras que le hacían a Don Jeshu, jugar en la playa, reírse. No se que tanto habré aportado yo a el camino de luz, verdá y vida. Bueno, en aquellos años, mi alma no estaba tan descarriada, no era tan curá ni tan marihuanera como lo soy ahora, o lo soy a ratos en mi vida. Pero si puedo decir, que esas niñitas dejaron más en mi de lo que yo deje en ellas. Aunque con muchas de ellas sigo en contacto, así que tan mala no era.

El mes del Sagrado Corazón y el Mes de María eran los mas festivos en el colegio, todos los días por lo menos media hora al partir la jornada, nos dedicábamos a cantar y rezarle a Tatita Dioh. Que cosa más aburrida. 

El mes del Sagrado Corazón, era un mes así muy demasiado tierni. Las pocas monjas que tenia el colegio organizaban un desayuno con chocolate caliente y pan dulce. Nos esperaban en la entrada del colegio la directora, los profesores con paletas de chocolates con forma de corazón. Entrabamos al colegio por una puerta con forma de corazón. Hacíamos actividades solidarias de las cuales participábamos con fervor, porque eran los primeros puntos que sumábamos para las alianzas del colegio y lo mejor de todo, ese día salíamos temprano. 
Aunque dejemos algo claro, Jesús era una taza de leche en comparación con la María. La loca tenia una cantidad gigantesca de canciones dedicadas a ella. Podíamos cantar todo el mes una canción distinta cada día dedicada a la más pulenta, la María. La loca buena pal carrete, así quien le va creer que era virgen, si era terrible de buena pal vacile.

Bueno desde que salí del colegio, solo he asistido a misas fúnebres, por lo que mi paso por el templo del señor solo me recuerda cosas tristes. Me pajea sentarme y pararme cada vez que al curita se le para la sotana, por lo que evito a toda costa asistir al templo del señor. 

La gente en general piensa que todos los que estudian en colegio de curas o monjas salen pitiados. Lo que a mi respecta, creo que nací media loca y sería muy irresponsable culpar a las monjas por mi vida descarriada del camino del señor. A pesar de todo, no fue para nada terrible y es más, conocí un montón de gente bakana y lo pase muy bien en el colegio. Creo sin dudar que fueron unos años muy entretenidos. No se porque absurda razón cuando uno es más chico lo único que quiere es salir del colegio. Yo desde que salí, lo único que he querido es que esos años hubiesen durado mas. 







martes, 19 de julio de 2016

Capítulo 9. El Pastel

Todas hemos tenido, conocido, escuchado, olido e identificado a un pastel. El sin dudar es uno de esos. Nos conocemos hace años (muchos, muchos) y el aparece y desaparece por arte de magia de mi vida. 

Hace unos años, debo reconocer, que yo me enamore sin darme cuenta de este Pastel, pero en esos años, mi vida era un caos y decidí hacerme la loca (que es como soluciono muchos problemas en mi vida. Me hago la loca, hasta que se me olvidan, entonces así el problema desaparece) El también se enamoro (Pero nunca coincidimos en enamorarnos en la misma época). 

Paso mucho tiempo en que no supe de él, y la verdad, como suelo ser tan volada no sentí su ausencia. Y sin previo aviso, aparece. Aparece de la manera más absurda y como es su costumbre, desordenando todo, absolutamente todo. Y volvió a desaparecer por unos años. Y volvió a aparecer por unos escasos días. Y volvió a desaparecer nuevamente. Acaso no se aburre de hacer lo mismo? 
Supongo que hará lo mismo. Volverá sin aviso, desordenando todo como es su costumbre; aunque esta vez espero que cuando se le ocurra aparecer, estar muy lejos, para sentir que jamás volvió. 

lunes, 18 de julio de 2016

Capítulo 8. El Desastre


Fui un desastre, soy un desastre y seré un desastre; pero vamos a partir por saber porque (quizás) soy (elegí ser) un desastre.
Cuando chica era nerd, del verbo nerd y viví en esa catalogación de niña tranquila hasta cuando salí del colegio y decidí empeñar mi alma al señor de la botillería y a los traficantes de sustancias ilícitas.

En el principio de los principios de mis tiempos, yo era de la que le molestaban los borrachos, le molestaba la gente que tomaba, los fumadores, los marihuelteros. Pero como bien dice el dicho (dos puntos, abre comillas):  "De esa agua no beberé (porque en el camino nos puede venir la sed, de esa que es peligrosa)" y fue así como mi relación con el trshágo comenzó en una escalada ascendente.  De una vez al mes, pase a una vez por semana y en los períodos que anduve más Brígida, era cosa de todos los días. Aunque la Brígida, abandono  a este cuerpo y ya no habita en mi; de vez en cuando como que me pego los remember con ella, y es ahí, en ese momento cuando queda literalmente la cagada.

Mi padre, que es el ser humano (a pesar de mañoso) que más me ha aguantado. Ha aguantado lidiar con una hija curahuilla, rebelde y loca. Su niñita, salio con más sed que camello en desierto. Y con eso recordé esa canción del colegio de monjas que dice "y beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver a Dios nacer (bis)"

Con todo esto me asalta la duda, seguiré con está sensasaund de saciar la sed constantemente todo lo que me quede de vida? Es que acaso la Brígida no se aburre? porque no se va definitivamente de mai laif. 
Ya a estas alturas parece ser mi amiga imaginaria, que me dice al oído que me tomé los copetes al seco cuando alguien que está mucho mas ebrio de lo que estoy yo, comienza a entonar ese farol no alumbra no alumbra ese farol! Y yo sola me vanaglorio de que puedo hacer africanos o tomarme al seco las latas de cervezas y finalizar con un shansho con el que podría deletrear el abecedario completo. Acaso no puedo retomar con todas mis ganas el sendero del señor, la verdad y la vida, y llevar una vida alejada de todas las tentaciones etílicas y marihuelteras? 

Bueno en verda verda....no las quiero dejar del todo. Y la sabiduría de los dichos no puede ejemplificar de mejor manera esto con dos puntos abro comillas : "El que nace chicharra muere cantando". 
Aunque aclaremos algo; no nací. Fue un proceso de crecimiento y desarrollo personal; o también podríamos calificarlo de una habilidad adquirida. (Se podrá poner en el cebe?) Quizás. 
Quizás ser desastrosa no es tan terrible. Quizás tampoco quiera dejar de serlo. 










martes, 5 de julio de 2016

Capítulo 7. Mekano y lo que dejo en nosotros

A nadie con un poco de amor propio reconocerá jamás de los jamases que vio Mekano, ese programa juvenil, donde salían bailando las chiquillas casi empelota. Tampoco reconocerá que se aprendió todas las coreografías. Menos aun reconocerá que las bailo en el colegio, porque reconocer eso es demasiado poco cool!
Pero, pero... si te ponen estas canciones, tipín cinco de la mañana, en pleno carrete, es demasiado poco cool no saberse las coreografías. En esos momentos y a esa hora, a veces me creo Vivi o Pops. Pero prefiero creerme Vivi, por que fue más viva y se comió a Thiago y a Fabricio. 
Como que me entra no se que wea y me las doy de coreógrafa. Y cinco, seis, siete y ocho! (Asumir que me convierto en gogo dancer en estas situaciones es muy muy poco cool) 
Quienes me conocen, saben los jugos que doy (sin estar alcoholizada, lo que hace peor las circunstancias, porque me pego estos show de coreografías sobria). Aunque esto no solo pasa con las canciones de Mekano, pasa con Cachureos, Gloria Trevi, Supernova, Stereo3, Rafaela Carra y la lista sigue.
Bailar las canciones de Mekano, siempre será menos pecador que bailar un reggeton con el cual, de seguro quedaría embarazada. Y ahora, viendo las cosas en perspectiva, después de todo, no era tan sexualizado como ahora, que más que bailar, parecen ritos de apareamiento.

Me dan unas ganas de mover mi cucumelo!