Salvo por mis dos años que estuve en la escuelita rurals, mis otros doce años de colegio estudie en colegio de monjas. (De prekinder a segundo básico, de quinto a octavo y de primero a cuarto medio), que sumando y restando no fue tan terrible.
A pesar de convivir tantos años con las monjas, las misas, Tatita Dios y don Jeshu, jamás fui convertida. No fui, no soy y no seré jamás una ferviente católica. Solo estoy bautizada. No hice la primera comunión, no me confirme y no creo que me case, eso lo tengo más que seguro.
Odio las misas desde siempre, pero en especial desde la enseñanza media. Era horriblemente aburrido la misa del primer viernes de cada mes; los momentos espirituales todos los días. Que lata más grande orar. Las misas me dan sueño. Bostezo y cabeceo sin control alguno.
A pesar de tantos años asistiendo a misa, nunca me aprendí el orden con que se leía el salmo, y todos los otros ritos. Aunque si me aprendí algunos textos que decía el curita de turno como (cito testuals) "Tomad y bebed todos de él" bla bla bla. Todas bebimos y todo mi problema con el trshágo es culpa del curita, que desde chica me incentivo a beber y de ahí en adelante que soy buena pa tomar.
Sin haber hecho la primera comunión, fui todos los años monitora en los retiros de primera comunión de las niñitas de cuarto básico; que era un viaje a la playa a jugar y reflexionar. Lo pasaba tan bakan. Armar dinámicas de juegos, ensayar las porras que le hacían a Don Jeshu, jugar en la playa, reírse. No se que tanto habré aportado yo a el camino de luz, verdá y vida. Bueno, en aquellos años, mi alma no estaba tan descarriada, no era tan curá ni tan marihuanera como lo soy ahora, o lo soy a ratos en mi vida. Pero si puedo decir, que esas niñitas dejaron más en mi de lo que yo deje en ellas. Aunque con muchas de ellas sigo en contacto, así que tan mala no era.
El mes del Sagrado Corazón y el Mes de María eran los mas festivos en el colegio, todos los días por lo menos media hora al partir la jornada, nos dedicábamos a cantar y rezarle a Tatita Dioh. Que cosa más aburrida.
El mes del Sagrado Corazón, era un mes así muy demasiado tierni. Las pocas monjas que tenia el colegio organizaban un desayuno con chocolate caliente y pan dulce. Nos esperaban en la entrada del colegio la directora, los profesores con paletas de chocolates con forma de corazón. Entrabamos al colegio por una puerta con forma de corazón. Hacíamos actividades solidarias de las cuales participábamos con fervor, porque eran los primeros puntos que sumábamos para las alianzas del colegio y lo mejor de todo, ese día salíamos temprano.
Aunque dejemos algo claro, Jesús era una taza de leche en comparación con la María. La loca tenia una cantidad gigantesca de canciones dedicadas a ella. Podíamos cantar todo el mes una canción distinta cada día dedicada a la más pulenta, la María. La loca buena pal carrete, así quien le va creer que era virgen, si era terrible de buena pal vacile.
Bueno desde que salí del colegio, solo he asistido a misas fúnebres, por lo que mi paso por el templo del señor solo me recuerda cosas tristes. Me pajea sentarme y pararme cada vez que al curita se le para la sotana, por lo que evito a toda costa asistir al templo del señor.
La gente en general piensa que todos los que estudian en colegio de curas o monjas salen pitiados. Lo que a mi respecta, creo que nací media loca y sería muy irresponsable culpar a las monjas por mi vida descarriada del camino del señor. A pesar de todo, no fue para nada terrible y es más, conocí un montón de gente bakana y lo pase muy bien en el colegio. Creo sin dudar que fueron unos años muy entretenidos. No se porque absurda razón cuando uno es más chico lo único que quiere es salir del colegio. Yo desde que salí, lo único que he querido es que esos años hubiesen durado mas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario