martes, 28 de junio de 2016

Capítulo 6. María, María.

De chica siempre fui perna, pero del verbo perna, pernísima diría yo.A mi se me soltaron las trenzas después que salí del colegio. Comencé a beber, tuve mis primeras borracheras, empece a fumar (cigarros) y como iba en escalada probé marihuana. 
Mi primera vez fue en Valpo, con unos amigos. Como no volvía a Santiago, nos fuimos a tomar algo. Estábamos en un período con mucho estrés, terminando nuestro examen de título, era justo y necesario desestresarse. Quede voladísima y para colmo, me quedaría en la casa de un amigo donde era la primera vez que conocía a su familia. Comprenderán que ese viaje en micro engullendo comida para que se me pasara y no llegar con cara de juguete.  
Había comenzado a transgredir mis limites de mujer sin vicios, a ser todo lo que mis padres no quieren que sus hijos sean, dejando de lado todos esos libritos del Conace y todas sus campañas anti drogas. Yo me estaba uniendo al otro lado de la fuerza, esas fuerzas que siempre me dijeron que eran malas. Pero resulta que no eran tan malas, y yo lo pasaba shansho tomando. Me encariñe con las cervezas, un amor que mantengo hasta el día de hoy. No puedo resistirme a ellas. Ni a las piscolas, ni al melón con vino, ni al jote, ni la borgoña, ni la sangría, ni a los mojitos (amor eterno a los mojitos). 
Bueno, bueno retomando el tema y no pescando las ramas; mis primeras fumadas fueron muy esporádicas, siempre alguien me convidaba una quemadita. Pero con el tiempo, las cosas fueron ascendiendo. Comencé a comprar. Comencé a tener mi red de dealears, empece a probar diferentes sepas y a consumir con regularidad (casi diaria el último tiempo). Y es en esos momentos que pienso que fue de la niña que le escondía los cigarros al papá? Ya no quedaba nada de ella en mí. Tampoco quedó en mi ninguna de las campañas del Conace. A pesar de que no me reconozco ni alcohólica, ni drogadicta, creo tener una relación cordial con ambas, hemos aprendido a convivir y a comportarnos.








domingo, 26 de junio de 2016

Capítulo 5: Sofía.

Para comenzar esta historia, debo dejar en claro que Sofía no es una persona (aunque solo le falta hablar para serlo) a pesar de eso, he aprendido a descifrar sus maullidos. Sofía es mi gata-hija que hace poco cumplió ocho años.
A Sofía la adopte cerca del metro Pajaritos. Era una cosa diminuta, que caminaba con seguridad. No se cuanto tiempo llevaba en la calle, pero verla tan pequeña, me provoco ganas de no dejarla nunca mas en la vida y decidí, a pesar de todo tomarla en brazos y subirme al metro con destino a mi casa. Y digo a  pesar de todo, porque mi papá me había prohibido llevar más animales a la casa, pensé que me llegaría el reto de la vida y que tendría que buscarle un hogar a esa gata que llevaba. La Sofía era tan cuma, que iba con una garrapata bajo el brazo. Yo jamás en mi vida he visto un gato con garrapatas, podrán dimensionar lo cuma que era ver eso. 

Llegue a casa con cara de "papi, es tan chiquitita, estaba solita en el metro, si la dejaba la iban a atropellar y mi conciencia no podría con eso". Después de esa cara de culpabilidad-pena-sinceridad-y amor por los animales; mi papá, que es el hombre con el corazón más grande que conozco me dijo que no era tan fea y que fuera a comprarle comida. De esa manera llegó Sofía a nuestro hogar. Arisca, ladrona y peleadora serían las palabras que la definirían cuando llego, ni parecida a la gata que es hoy.
Con el paso de los años, y la muerte de mis otros gatos; Sofía quedo sola en casa (sola al ser la única gata). Era callejera, quien pasara por afuera de mi casa la conocía, la saludan por su nombre y ella la muy fácil se dejaba acariciar. Hasta que hace tres años atrás, la Sofía se perdió. Llegue el fin de semana, y la Sofía no había llegado. 
Dos semanas estuvo perdida, y cuando regreso, volvió con sus cuatro patitas quemadas. Desde ese entonces, le teme a otras personas, aunque es más regalona y casera de lo que era antes. 
Duerme en mi cama, le gusta dormir tapada en invierno, y en verano al lado de mi cabeza. Le gusta comer pollo cocido; que le rasque la cabeza. Toma agua desde la llave corriendo, me hace nanai cuando estoy enferma. Ama su collar con campanitas. Maúlla para pedir las cosas y me espera todas las noches a que llegue a casa y me mira feo si la dejo mucho sola.
Todos le dicen de diferentes formas, Sofía, Sofía Tataena, Titita, Titi, Tita y ella entiende de cualquier forma que se le llame. Me importa un reverendo pepino que la gente encuentre absurda mi manera de querer a los animales, aunque quienes me conocen saben como les hablo y se burlan de mi tono de voz. Espero que mi gatita vieja me dure unos años más, porque no me imagino no tener con quien discutir en las mañanas por el espacio en la cama, y porque es insoportable cuando tiene hambre. Compartimos la flojera los domingos y ese amor tan lindo de mirarnos y entendernos!


Hay amores sigilosos, suave 
Como una acuarela en pincel de aire 
Sincronía en la constante, eleva 
Libera endorfinas esfumantes

miércoles, 22 de junio de 2016

Capítulo 4. El Pelao.

Él es el hombre con el corazón más grande y bondadoso que he conocido en mi vida, y ademas afortunadamente también es mi padre.La relación con uno de mis grandes amores no ha sido color de rosas, ambos somos tercos, porfiados, peleadores, llevados de nuestras ideas, pero nos amamos profundamente.
Mi padre ha tenido que lidiar con una hija un tanto rebelde, llevada de sus ideas, independiente, terca como una burra y que además habla tan fuerte como él. Soy la tercera hija de esta familia numerosa (bueno para estos tiempos, las familias tenían tres o cuatro hijos) y soy la única hija mujers, podrán comprender lo que eso significa. Era/ soy la niñita de la casa, la señorita. Pero resulta que salí más loca que cabra de monte y más Juana tres cocos de lo que ellos esperaban. La verdá? No esperaban nada de lo que soy supongo, o nada de lo que los padres piensan al tener una niñita. 

La relación con mi padre quizás comienza en mi adolescencia; porque no antes?, bueno cuatro niños chicos, jamás nos regalaron nada y el origen de mi familia es humilde, a punta de esfuerzo y en plena dictadura, la cosa no era fácil. Mi papá trabajaba en dos lados, y cuando nací yo, comenzó con su empresa independiente. Quizás por eso no lo tengo presente más chica. Era mi Tata quien iba a mis presentaciones del colegio, porque mi papá trabajaba muy duro en esa época, bueno lo sigue haciendo, y creo que es el hombre más trabajador y esforzado que conozco.

De adolescente, joven y rebelde comencé a trabajar en la mini empresa familiar, y también comenzaron los conflictos con él. A pesar que creo de adolescente era harto perna y media aweoná, nunca di problemas de conducta o académicos en el colegio. Pero no soy de quedarme callada, menos con mi papi. 


Mi familia conservadora y con está hija media loca, y el momento del primer round épico fue: el piercing. Para mi papá desde ese momento que comencé a ser un poco delincuente. Aun sigo usando el aro en mi nariz. Mushoss años después le dije que me iba a tatuar, y comencé a preparar el camino con mucho tiempo. Todos los días le decía "papá, me voy a tatuar", "papá, me voy a tatuar", "papá, me voy a tatuar". Como lo dije tanto tiempo y nunca me lo hacía, supongo pensó que no me lo haría. Siempre me respondía de vuelta "los delincuentes usan tatuajes" y bla bla bla. Fue así como tome la hora y fui un día lunes temprano a "hacerme algo chiquitito en el brazo". Cuando voy saliendo de mi casa, mi papi me pregunta: 

- Y tú para donde vas?
- A hacerme el tatuaje po papá, si te dije que tenía la hora para hoy
- Como?
- Ya papi, me voy que voy atrasada.

Mi papi con ataque en su cocoro! Ahora tendría una the rials hija delincuente, salida de Colina nanber wuan! Pero a pesar de sus palabras de rechazo, al verlo, después de procesarlo, me dijo que igual tenía buen gusto y que había quedado lindo. 
A pesar de que critique mis decisiones, como cuando se me ocurrió viajar sola a tomar fotos; o cuando me fui a Perú con una amiga por casi un mes, o en infinidad de otras ocasiones donde no comparte mis ideas ni los riesgos a los que me expongo; no puedo negar que mi viejo siempre me ha apañado. En cada decisión, cuerda o no que he tomado en mi vida, mi viejo me apoya igual. 

Si tuviera que describir a mi viejo sería algo así como: es el ser más trabajolico que conozco; con cero ritmo en su cuerpo; mas tieso que bailar con la escoba haciendo aseo; protector, alaraco, bondadoso, amante de los animales y de Cecilia. 

No es un hombre perfecto, pero para mi a pesar de sus errores, de sus opiniones tan diferentes a las mías, nos amamos una cantidá enorme. Es un poco torpe en los afectos, pero ha ido aprendiendo a lo largo del camino que llevamos recorrido ambos. A pesar de todo, nos adoramos. Y se que ambos estamos orgullosisisimos de todo lo que hace el otro. A mi hombre imperfecto, pero el más perfecto para mí, mi papi. Te amo con todito mi corasound!



Recordaremos lo esencial
para encontrar cuando esperar
para buscarnos y encontrarnos

lunes, 20 de junio de 2016

Capítulo 3. Borracho, borrachito, paso mis días solito!

Aunque la canción de Ráfaga debería decir: "Borracha, borrachita, paso mis días solita" En mis años de borrashera nunca los pase sola, sino con mi partner de trshago. 
Y partiré, por donde todo debe partir para que tenga sentido: el principio. Es así como yo niñita del colegio de monjas, nerd y ñoña había sido pateada (una de las tantas veces, por el único ex ex de la vida). Moría de dolor mi corasaund y no se me ocurrió nada mejor que ponerme a tomar. Tomaba lo que viniera. 
En esos años daba lo mismo si fuera lunes o domingo, no existía restricción para que días beber, ni tampoco en que medida. Así pase por mi etapa de Brígidamente Postre, este apodo que me autoimpuse fue algo así por más de un año. Yo no era buena pal trshago, pero la Brígida, ese ser que habitaba en mí, ella sí lo era. Y ademas siempre terminaba postre. 
Fue así como la Brígida partía un miércoles, con la otra amiga buena pal trshago, apañadora y fiel. Esa amiga, que te agarraba el pelo, que te daba palmaditas en la espalda después de casi vomitar los intestinos, la que se quedaba despierta cuidando de que a la Brígida no le diera un coma etílico. Llegaba a la casa, bueno no recuerdo mucho como llegaba, pero llegaba. Al otro día, le pedía perdón a diosito y a mi mami, que me miraba con cara de "que hice mal en mi otra vida para merecer esto", su niñita, su única hija, era más curáh que sus otros tres hijos juntos. Recibía cabeza gacha todos los retos del universo en completo silencio de la boca de mi mamá, y le prometía que no tomaría más y que me volvería un mujer del señor, pero por mi que ese señor, fuera el señor de la botillería, pero no! 
Así pase un año, tomándome hasta el agua del florero, carrete que me invitaban allá estaba yo. A veces partía tomando tempranito, tipín once de la mañana. 
A pesar de que este período de ranciedad se prolongo más de lo que yo hubiese querido, fue así. Vomite mesas ajenas, con gente que no conocía. Rompí el lavamanos de la casa de mi amiga apañadora buena pal trashgó. Competí porque quien bebía más con un desconocido que me quería comer, y termine tan curá que mi amiga que me había abandonado no sabía como me había bajado casi medio chimbombo en menos de media hora.  Me subí a autos con conductores que andaban tan borrachos como yo. 
En eso años, lo reconozco, fui un ser rancio y demasiado irresponsable. Creo que nunca más me he emborrachado como en esa época. Bueno, Conífera del Bosque llego para dar calma a la Brígidamente Postre que habitaba en mí. 
Ráfaga y su canción calo hondo en mi corasaund, osea describía a la perfección todo lo que pasaba en mi abro comillas y cito textuals:


"Paso mis días triste y borracho, 
Pensando solo en ti 
Sé que tu ya no me quieres 
Chica, chica presumida "


Llevo años alejada del mundillo del carrete tóxico, ahora ese ex ex, es como un completo desconocido, pero reconozco que haberme pateado fue una buena excusa para haber pasado por un período de ranciedad, que supongo era necesario vivir. Ahora, desde que soy un árbol rehabilitado, salir a tomar el sol o caminar tarde por la noche es demasiado extremo para mi una mujers, que encontró el camino de la luz, la verdá y la vida!


Capítulo 2. Yo Peluquera

Desde pequeña he sido un poco desastrosa y he tenido una fijación por creerme peluquera. Lo peor de todo que sé que siempre el resultado final, después de haber tomado la tijera será terrible, pero de todas maneras siempre corro el riesgo.
Supongo que después de ver el joven manos de tijera, siempre me he creído un poco la niña manos de tijera; pero como diría mi mamá, soy la niña manito de poto....siempre dejo la cagada. 

Mi primera experiencia fue Bobby, el perro de mi tía. El Bobby era un quiltro peludo como un poodle, y yo en un acto de misericordia y porque pensaba que él no veía bien, no sé me ocurrió mejor manera de ayudarlo que cortarle el pelo. Lamento tanto lo que hice a Bobby y a todos mis otros perros a lo largo de mi vida. Pero aclaro que ellos no fueron los únicos, por que yo también me sometí a diversos cambios de look. 

El primero, del cual no tengo memoria, pero mi madre me lo echa en cara cada vez que puede para avergonzarme sobre mis malos dotes de peluquera frustrada, fue cuando mi mamá había tenido a mi hermano pequeño. La verdad cada vez que me cuenta, me da un ataque de risa. Llegue a verla a la maternidad con un gorro de lana, que me puso mi abuela en plena primavera. Mi madre dudo al toque de mi look pachamamico y cacho al toque que alguna cagada me había mandado. Quede como príncipe valiente con mi cambio de look, osea demasiado poco cool.

Y por lo menos una vez al año, y en un ataque de locura no controlable, pesco la tijera y paff, me dejó la cagada. Una cagada tan descomunal, que mi consuelo siempre es; no importa, el pelo crece! Como que me gusta autoatentarme cada cierto tiempo. Menos mal nunca he sido aficionada a las tinturas, sino a estas alturas de mi vida, ya estaría pelada!


domingo, 19 de junio de 2016

Capítulo 1. Conífera del Bosque

En la realidad, no soy una conífera. Las coníferas son árboles perennes y de formas cónicas; pero el juego de palabras que resulta de este tipo de árboles y mi nombre the rials es entretenido. 

No me considero una persona para nada madura, siento que aun no tengo mi vida encarrilada y quizás tampoco la quiero encarrilar. Tengo una gata que recogí hace ocho años a la cual considero mi hija no biológica, peluda y de cuatro patas; a veces creo que ella me entiende más que las personas y eso no quiere decir que soy un ser antisocial, solo que mi gata me entiende mejor que los humanos, lo que a mis ojos, la hace única y especial.

Hace algunos años me asumí como lo que soy, un ser disperso, esa es mi naturaleza. Tengo curiosidad del mundo, de las cosas, de la vida. Supongo que mis padres han ayudado a que yo crea en mi, más de lo que yo misma creo. No tengo trancas afectivas, crecí en una familia conservadora, estudie toda mi vida en colegio de monjas, soy buena pa la shushá y la talla doble sentido. Siempre me he considerado la hija rebelde de la familia y a pesar de las diferencias siempre me he sentido apoyada en las locuras por mis viejos. Me hice un piercing chica, viaje sola, me tatué y soy la hija delincuente de mi padre, pero a pesar de todo el me ama por lo desvergonzada que soy para enfrentar la vida.

Amo los perros, ver películas, parecer indigente los fines de semana en la casa. Me gusta tomar fotos, acariciar perros callejeros, tomar cerveza, el vino tinto. Mi bicicleta, leer, pintar.  Los vestidos, mi cama. Bailar con desenfreno. Reírme (y no como señorita precisamente), hablar weas y escribir weas como está...que a nadie le importa.

Soy sociable por naturaleza, pero desde hace algún tiempo aprecio mis tiempos a sola. Aprecio los desafíos y vivir en un colapso continuo, en el fondo de mi ser pienso que si no hago muchas cosas, estoy desperdiciando tiempo importante de mi vida y por lo mismo vivo quejándome que no tengo tiempo para hacer nada!