sábado, 12 de noviembre de 2016

Capítulo 17. Es ella, no yo!

Yo soy una persona tranquila, bueno, tranquila dentro de todo. Piola, bueno mi risa no es muy piola que digamos, pero el resto de mi persona si lo es. Bueno yo mujer tranquila, en el sendero del señor cada cierto tiempo es boicoteada por ella. 

Sí, ella. Ella que es seca pa tomarse hasta el agua del florero. Ella que le gusta bailar hasta el menos diez apretaito y hasta el suelo. Ella que curá y con celular con batería  es un peligro para la sociedad, porque deja la cagada mandando mensajes. Pienso en ella y se me eriza la piel de lo Brígida que es la loca. Porque calmasound y aclarando un punto...todas las mujeres son (somos) locas, ninguna se salva, pero esta weona la cagó! Loca, loca, loca pó.

Ella que toma en la cuneta, o en la puerta de una casa, o donde le venga la sed; porque la loca con sed se pone más peligrosa que mono con navaja. A ella le gusta degustar el cartoné en la cuneta vacilándose algo pa la mente. A veces toma la semana completa. A ella le gusta cuando gente que no la conoce la desafié a tomarse el copete al seco, dudando de sus hábiles capacidades etilicas para empinar el codo; habilidades que adquirió con un arduo entrenamiento a lo largo de los años.
A pesar de que con ella nos conocemos de toda la vida, y hemos vivido diferente experiencias al borde de la religiosidad que nos podrían declarar beatas sin tener que llevar todos nuestros diversos milagros al Vaticano. A pesar de que ella no soy yo ni yo soy ella, compartimos el gusto por el postresismo y la ranciedad. A ratos nos perdemos, pero cuando nos reencontramos, son de esos reencuentros en que la tierra se sacude, chocan las estrellas, se caen los aviones y los huracanes azotan la tierra. Por que ella, es ella la Brígida y no yo. 

jueves, 13 de octubre de 2016

Capítulo 16. Jardín Botánico

En mis días de más juventú, hubo un período que nos dio por ir al Jardín Botánico en Viña del Mar. 
Fue así como al terminar el semestre, se nos ocurrió ir apatotaos a vacilar y celebrar el fin del estrés semestral.

Quien se haya subido a alguna micro de la quinta región podrá entender la emoción de volar, y sentir que fantasilandia es una shala zico al lado de tremenda adrenalina con esos chóferes con complejo de rápido y furioso.

Fue así como después de comprar en Valpo todo lo necesario para nuestro party jard, esperamos eternamente la micro, para hacer más grato el trayecto y la conversa durante el camino ( porque a estas alturas toda la pipuls iba mas seca que escupo de momia ) bajarnos de la micro, caminamos cargados como equecos y decidimos donde nos pondríamos a beber, para por fin posar nuestros cachetes en el pasto.

Los melones con vino comenzaron a rotar en esa gran ronda de gente conversadora, gritona, con carcajadas tras carcajada. Algún chimbombo chimbombero con duraznos pasando de mano en mano y una cantidad interminable de latas de cerveza. Era una convención de monos. Cada uno en su volada, pero a la vez todos juntos.

Merecíamos tanto ese momento, que después de ese Jardín Botánico, vinieron otros jardines, apañadores de tomateras eternas y dolores de guata de felicidad. 

Después de varias horas de compartasound, y blabla, los curaos odiosos debía migrar a sus calabazas. Y está, esta si que era la odisea de la vida. Llegar al Jardín Botánico no fue nada comparado a la vuelta. 
El amigo vampiro,  que era el único que había llegado en auto, y había tomado tanto como los otros monos, era la única opción. 
Subimos como diez personas en un auto enano. Y el vampiro, era igual o peor a los chóferes rápido y furioso de las micros; pero quizás deba afirmar que definitivamente fue peor, porque bueno... el Vampiro andaba tan curaóh como todos nosotros. 

Volvimos a Valpo sanos y salvo después de tremenda proeza etílica de andar con tantos curaos arriba de un auto, con un chófer curao, y lograr esquivar tantas curvas en el camino así de curaos como ibamos. Aun no recuerdo en que momento llegamos al departamento del Vampiro y seguimos carreteando un rato más. 

Desde ese momento, el Jardín Botánico se convirtió en un lugar de peregrinación etílica que continuamos realizando en algunas ocasiones posteriores y se transformo en un lugar de respeto; porque, desde el momento mismo que alguien mencionaba que iríamos al jardín, todos sabían que nada bueno podría terminar de esa decisión tan valiente. 






lunes, 10 de octubre de 2016

Capítulo 15. Alcohólicos Anónimos

El calor de este tiempo abre en mi vida la temporada de cervezas que solo se ve interrumpida por el frío, porque con lo buena que soy pá tomar y mear, debería beber casi con un plenitud puesto pa poder tomar tranquila.

Ya por estas fechas, me gusta tomarme una, dos, tres, o cuatro cervezas bien heladas, de vez en cuando. Conversadas o a solas. Da igual. Sea un buen o un mal día, una cerveza helada, echada y sin zapatos soluciona todos los males de la vida. 

Y claro, yo que soy una mujer que trata de arreglar todo al final del día, que casi me puse en campaña de relajasound, y esta semana he tomado casi todos los días una cerveza helada para rematar el día de la mejor manera. Esta experiencia es solo comparable a ver películas mamonas en invierno acostada con mi gata comiendo chocolate. Pero, ya estamos fuera de temporada de chocolates mamones. 

Esta semana, sagradamente paso en la noche a una botillería que está en San Martín con Moneda. El amigo ya me conoce, y hasta me destapa la botella. Me la tomo tranqui, con un cigarrito caminado hasta el paradero. Todo piola hasta que el otro día no pase a comprar ahí, sino donde el vecino. Me vine tranqui a beber mi deleite nocturnos y pff mi papá me pilla entrando con mi botella.

Vino un discurso moral, de que él no bebía y que como él no lo hacia yo tampoco debía hacerlo. Después del primer argumento en mi cabeza solo sonaba en bla bla bla derretido de los labios del Pelao. 

Después vino la charla de los alcohólicos, de que tomaba muy seguido, de que ya había empezado de nuevo acaso? Yo solo explote en una carcajada, era pá tanto color digo yo? Si una cerveza no me convierte en alcohólica, ni en delincuente (Bueno, según el Pelao, delincuente ya soy, porque tengo tatuajes.) 
Casi salió de su boca que debía buscar ayuda, que mi vida estaba sin rumbo, y que había vuelto a mis andanzas de Brígida por la vida. En mi mente se escucho algo así como (sí sigues así, yo mismo me encargare de llevarte a alcohólicos anónimos). 
No me considero una mujer borracha, me gusta beber, quizás más seguido de lo que debería. Pero existe alguna tabla que dice cuanto puedo beber? No. Existe algún manual de la buena eduqueishons para saber hasta cuantos litros de cerveza puedo tomar sin ser catalogada de alcohólica?

Busque en el diccionario de la Real Academia Española el significado para poder entender y dice lo siguiente:

Alcohólico (a)
1. adj. Que contiene alcohol
2. adj. Perteneciente o relativo al alcohol
3. adj. Producido por el alcohol
4. adj. Que padece de alcoholismo.

No me decía mucho, osea puedo solo oler el alcohol y ya sería alcohólica porque contengo alcohol? Nada que ver. Quise ser más especifica y busque alcoholismo, que cuando uno lo lee, por lo menos en mi mente oigo las peores enfermedades de la vida, lepra, gonorrea, sífilis, etc, atróh!

Alcoholismo
1. Abuso en el consumo de bebidas alcohólicas
2. Enfermedad ocasionada por el abuso de bebidas alcohólicas, que puede ser aguda, como la embriaguez, o crónica


Y con esto termine de convencerme de que yo no tengo ni una atao con el copete. Porque no hay abuso, y si no hay abuso no hay alcoholismo. Menos mal, porque yo ya me sentía como una niña del SENAME, delincuente juvenil adicta a los derivados del tolueno y que hacia mamones por quina en la esquina.







lunes, 3 de octubre de 2016

Capítulo 14. Parque Acuático

Nunca fui muy buena para enfermarme, pero de chica sufrí ene con el smog santiaguino. Vómitos, mareos era la tónica de siempre que había pre emergencia o emergencia en Shaguito

Mis viejos un poco aburridos de la vida capitalina decidieron emprender el vuelo a otros horizontes y nos fuimos a vivir al campo. Todo un mundo nuevo, para nosotros.
Nos fuimos a vivir a El Monte, que tampoco es taaaan lejos de Santiago. Fue bakan ver como construían la que sería nuestra casa, jugar en el patio gigante con pastizales enormes. Los mejor de todo es que la nueva casa tenía una acequia al fondo con unos sauces enormes. 
Paso el primer año escolar en la escuelita rurals, y se venía el verano y con ello las vacaciones. 
Habíamos hecho un columpio en el sauce, que era de lo más bakano y extremo de todo el universo. Y como siempre fuimos curiosos y creativos, pasamos ese verano a patá peláh, corriendo, embarrados, concentrados en la construcción de nuestro imperio al lado del sauce y nuestro columpio. Un par de tablones, y sobre todo, mucha imaginación nos ayudaron a pasar  (creo) uno de los veranos más bakanes.

La construcción de nuestro imperio, no solo fue disfrutadas en exceso por nosotros, los monarcas y creadores de ese universo de juegos. Nuestros vecinos, eran participes de nuestras creaciones, y podíamos pasar casi todo el día arriba de las tablas; sentados con las patas en el agua. O esperando el turno de quien le tocaba columpiarse un rato. 


Pasábamos todo el día metidos en la acequia; arriba del columpio. Escalando como los monos los árboles; cazando saltamontes; comiendo damasco y tirándonos los cuescos; comiendo sandia y haciendo metralletas con pepas y escupos. Corriendo a pata pelah por el maicillo sin quejarnos; mirando las estrellas en la noche acostados de espalda en la terraza. Haciendo paseos al cerro; o caminatas a la vertiente; nuestras excursiones en bicicleta.

Creo que jamás saboreé tanto la libertad como en aquel verano. Un libertad genuina, con unas ansías voraces de devorarnos el mundo, de creer que eramos capaces de construir imperios con un par de tablas. De ser felices con tan poco. De lanzarnos a creer en nosotros sin miedo. 








lunes, 29 de agosto de 2016

Capítulo 13. Huacha Loca

Mi madre siempre ha dicho que soy loca. Siempre fui media Juana Tres Cocos pa mis cosas, y  con justa razón, mis compañeros de juegos eran mis dos hermanos mayores y un primo él cual siempre me sacaba la shusha. 
En mis primeros años no jugué ni a las tacitas ni a las muñecas. Jugaba a las bolitas, a tirarnos cerro abajo arriba de un skate, a la lucha libre, a tirar elásticos desde el balcón de Alonso Ovalle ( a veces lanzábamos escupos ) y un sinfín de juegos bien amachados para la señorita de la casa. 

A mis tiernos cuatro añitos, el juego consistía en lo siguiente; poner un skate sentarse y lanzarse cerro abajo, todo suena muy simple. Como era un juego muy de machos mis hermanos que lo hacían siempre, nunca me dejaban subirme. Hasta que un día los webie tanto, pero tanto tanto, que me dejaron. 

A pesar de estar muerta de miedo me subí igual; no hacerlo hubiese similar a firmar un acta de declaración de no jugar más o ser excluida para siempre de todos los juegos de la vida, debía ser valiente. Pero siempre he sido media torpe, y mi miedo camuflado en valentía presentía lo que pasaría. Pero tenia mis tres cocos bien puestos y me senté en el skate mientras me afirmaban para no salir dispara cerro abajo antes de tiempo; realizaron la pregunta de rigor (estás lista?) y sin alcanzar a responder ya iba bajando con el cuerpo llevo de adrenalina y con el pelo al viento. Aunque el viaje no duro tanto, como me hubiese gustado. Porque como dice la canción abro comillas "una piedra en el camino, me enseño que me destino, era rodar y rodar" Aunque no rodé sobre el skate porque una puta piedra se atravesó. Salí disparada volando por los aires en una maniobra jamás antes vista...y rodé por el piso después de que mi cabeza aterrizara con otra piedra y me hiciera un corte en la cabeza. 
Una vecina me llevo como pudo a mi casa, yo sangrando y chillando como un chancho en el matadero. Mi tía, me recibió y me limpio la sangre. Y yo lloraba y lloraba. 
Termine con tres o cuatro puntos sin anestesia. Yo pataleando arriba de la camilla mientras me suturaban mi herida de guerra. Regrese a casa con un parche en la cabeza, recibida casi con honores por la valentía de realizar tal hazaña. 
Al tiempo después se puso de moda la lucha libre, así que los combos, las llaves y los súper ataques con llaves eran frecuentes, tuve los mejores maestros de defensa personal: mis hermanos. Aprendí que mis puntetes eran decisivos al momento de finiquitar una pelea en la que yo por supuesto, iba perdiendo.
Ya más grandes dimos con un tesoro que tenía mi papá, una bolsa de supermercado llena de elásticos. Creo que estuvimos un año completo tirando de nuestro balcón elásticos a los Pullman de San Bernardo. Teníamos diferentes puntuaciones, si caía en el techo de la micro; si caía dentro de la micro, etc. Mis hermanos que eran mas cochinos que yo, tiraban escupos. Particularmente los escupos no se me dieron muy bien porque siempre terminaba babeada. Así que desistí de la idea de los escupitajos a las micros.

Luego llego la pubertá y arruino todo nuestro imperio de cosas bakanas que hacíamos, porque ya eramos más grandes y no era apropiado ni tirar elásticos, ni escupos, ni la lucha libre. Ya habíamos dejado de ser niños.

viernes, 19 de agosto de 2016

Capítulo 12. La percusionista.

De mi paso por la escuelita rurals quedaron muchos recuerdos. Unos buenos, otros muy malos, y otros que recuerdo con alegría y un gozo en el alma (grande) como fue mi paso por el grupito de folclore.

A parte de estar literalmente entre medio de las vacas; la escuelita rurals, fue un periodo de maduración de mi vida a pesar de lo chica que era. Fue un cambio de vida rotundo. Uno de esos cambios fue pertenecer al grupito de folclore y es algo que recuerdo con gracia. 

Creo que siempre he sido un ser disperso, con unas ganas voraces de conocer todo o de todo un poco, y la verdad, no recuerdo como mierda fui a dar al famoso grupito. Tocaba el triangulo, el bombo y el pandero (que toque afanada creyéndome evangélica), no lo ultimo no, pero era metódica. 
Hacer percusión siempre ha sido muy mal valorado por el resto del mundo, incluyéndome. Mil veces será mas bakano el de la batería o el bajo, por sobre un percusionista. Nadie sabe lo complejo que es mantener un sonido sin que los otros sonidos del universo te interrumpan para no perder el ritmo. Pero como yo siempre  he tenido mas ritmo que curao bailando cumbia, caí paradita después de hacer un salto triple mortal en el grupo de folclore. 

Pero mi historia tocando el pandero, el triangulo y el bombo no termina ahí. Tuvimos una presentación artística the rials, en la ya inexistente FISA, que estaba en Camino Melipilla. 
Y ahí estábamos, los niñitos de la escuela rurals mostrando nuestro talento al publico. Que no eran más personas que los papas que nos acompañaron a la presentación (incluyendo a mi madre). Fue un fiasco ahora que lo analizo, pero en esos momentos de adrenalina, yo me creía punk como Kel Calderón, no mentira. Con el tiempo, y después de dejar la escuelita rurals supe que lo mio quizás no era la percusión, tenía mas dotes haciendo africanos que tocando el pandero. 





miércoles, 27 de julio de 2016

Capítulo 11. Palabrotas.

Continuamente (si es que no es a diario) escucho a mi mamá decir: "Puedes hablar con menos garabatos", "para eso gastamos tanta plata con tu papá educándote?" bla bla bla. 

La verdad verdadera, es que no se en que momento de mi vida me volví en un engendro garabatero y bueno para las shushadas. Lo peor de todo, es que me gusta decir garabatos, la palabra soez, la cosa coshina, el doble sentido; no lo puedo evitar. 
A raíz de esto he realizado un análisis profundo de porque, porque me convertí en lo que soy ahora: un ser con la mente podrida y el hocico de alcantarilla (como suele decirme a veces con un tono de amor maternal inconfundible mi madre).


Bien; mi entorno más cercano son hombres; desde siempre, desde que soy chica, siempre me he juntado con muchos hombres, y esto es bien sencillo: porque tengo puros hermanos. 

Mi mamá que se ha caracterizado toda la vida por ser una mujer super práctica (era de ser no ? Teniendo hijos con dos o tres años de diferencia, no estaba pa más encima andarse calentando la cabeza) decidió que mi atuendo perfecto sería jardinera y bototos. Pero no solo por un tema practico, sino porque de chica fui una guasha loca, terrible loca. Andaba arriba de los arboles, me tiraba en skate cerro abajo (lo que en una oportunidad me dejo con un tajo en la cabeza y con puntos sin anestesia.), y porque obvio, no tenia amigas, me juntaba con puros niños y ese atuendo me permitía moverme con libertad sin tener que andarme tapando los calzones al trepar los arboles o cuando jugaba a las bolitas o a la pelota. Permitía que jugara a la par con mis hermanos. 

Destaco de sobre manera mi primer mundillo porque de ahí pa delante comienza esta bola de nieve. en la que termino con el engendro que soy hoy. Pero vamos con calma. Mi madre, mujer visionaria, cacho en lo que me estaba convirtiendo, algo así como una especie de marimasho, a lo que todo el mundo llama y conoce comúnmente como una Juana Tres Cocos y decidió que yo debía interactuar con más niñas, relacionarme con mujeres, haber si se me pegaba en algo lo señorita. Me metió a prekinder, en el mismo colegio donde estaban mis otros dos hermanos mayores. 

El colegio mixto no se si ayudo en algo, porque me seguí juntando con hombres.La escuelita rurals, no hizo nada más que perder todo el avance que mi madre había logrado en cuatro años de lograr que fuera menos Juana Tres Cocos. Volví a la libertad, a andar a pata pelada todo el día, bañarnos en la acequia durante el verano. Me volví un mono. Dos años bastaron para volver a estudiar a mi antiguo colegio, con mis antiguos compañeros.Tres años bastaron para decidir, que no haría ni cagando la media con hombres. Tenia compañeros tan aweonaos. Me tenían chata. Odiaba a los hombres. Lo terrible de odiarlos, era que ellos (los hombres) habían sido mis partners de todo lo que llevaba de vida en este mundo, todo porque en esa etapa de la vida los hombre son muy requetecontra aweonaos.

Debía buscar colegio y esa fue la única condición que le pedí a mi mamá, por favor que no sea mixto. Y solo postule a uno, con el nombre más santo -cristiano - católico - apostólico - romano  de todos. 
En mi adolescencia perna y nerd, termine de desarrollarme, y convertirme en algo menos engendro. No decía garabatos, no tomaba, no fumaba, no perriaba hasta abajo. No nada. Me convertí en lo mas parecido a una señorita, pero vino la nación del fuego y ataco mi vida justo en los momentos en que yo ya estaba encarrilada en el sendero del señor. Conocí las botillerías y de paso mi primer amor: la cerveza. Es aquí, donde me separo del camino de don Jeshú, porque el multiplicaba el vino, no la cerveza, y a mi en esos años no me gustaba el vino como me gusta ahora. 

Comencé a estudiar en Valpo. Valpo po, Como no quería que me descarrilara con semejante tentación. Donde podía beber desde las once de la mañana, donde había hora feliz (realmente feliz) y te vendían el copete al costo. Y fue en ese entonces donde comencé con la Mala Praxis in mai laif. Empece a fumar, a tomar y conocí a una amiga que no hila ni una sola frase sin una shushada entremedio. Fue entonces cuando a la Conífera se le soltaron las trenzas, y se lanzo a la vida. Bueno, en paralelo mis hermanos, seres de la mente sucia y perversa, fueron quienes me guiaron para que nadie me viera la cara, para defenderme de las tallas cochinas de los hombres (otros hombres) y comenzaron a interiorizarme en este mundillo del doble sentido. Y debo decir con orgullo que fui una alumna aventajada. Aprendí a responder las tallas dobles sentidos que ellos me decían o las ordinarieces . 
Han visto alguna vez la cara que pone un hombre cuando una mujer le responde con algo peor a la ordinariez que ellos dijeron? Loco he acumulado en mi cabeza, mil imágenes de rostros masculinos descompuestos a escuchar tales bellas palabras salir de mi boca, para posterior, venir un silencio absoluto y una carcajada mía diciendo: "yo te lo dije, te voy a responder algo peor" 
Después vino la vida laboral. Yo mujer de la risa sutil, la talla cochina y las respuestas veloces cayo parada en una obra llena de maestro piropeadores. Mis primeros partners y de los que aprendí un montón fueron los pintores. Los hombres buenos pal piropo bonito oyeee. Y yo que aprendí a no quedarme callada siempre les respondía con algo que ellos (hombre de experiencia) no esperaban. Debo reconocer que aprendí cosas peores.
Ya a estas alturas de la vida, con un cumulo de experiencias, me adecuo a los ambientes. No se si a toda la gente le pasara, pero por ejemplo, si me toca ir a un lugar donde todos son medios flaites, me pongo media flaite. Si me toca estar en un lugar mas pituqui, me comporto de mejor manera (guardando todos los chistes que tengo) Hay oportunidades, en las que de verdad vuelvo a ser la perna- nerd del colegio y me comporto; y en otras ocasiones, hablo puras ordinarieces. Me adecuo a las situaciones y circunstancias y de la gente con la que este en ese momento. 

Siempre he asumido, que no fue culpa ni de mis papás, ni del colegio de monjas, ni la escuela rurals, ni los maestros de la contru; ni de nadie el gusto que tengo por las shushadas! Supongo que es algo así como un gusto adquirido. Así mismo como aprendí que el vino era rico con el paso del tiempo; así mismo fue como me fui por este camino de los ordinario y vulgar de las palabras. Y debo asumir (perdón mamita, se que esto no es tu culpa) que me gusta decir ordinarieces y me gusta la talla doble sentido.


lunes, 25 de julio de 2016

Capítulo 10. Don Jeshu, la misa y las monjas!

Salvo por mis dos años que estuve en la escuelita rurals, mis otros doce años de colegio estudie en colegio de monjas. (De prekinder a segundo básico, de quinto a octavo y de primero a cuarto medio), que sumando y restando no fue tan terrible.
A pesar de convivir tantos años con las monjas, las misas, Tatita Dios y don Jeshu, jamás fui convertida. No fui, no soy y no seré jamás una ferviente católica. Solo estoy bautizada. No hice la primera comunión, no me confirme y no creo que me case, eso lo tengo más que seguro.


Odio las misas desde siempre, pero en especial desde la enseñanza media. Era horriblemente aburrido la misa del primer viernes de cada mes; los momentos espirituales todos los días. Que lata más grande orar. Las misas me dan sueño. Bostezo y cabeceo sin control alguno. 
A pesar de tantos años asistiendo a misa, nunca me aprendí el orden con que se leía el salmo, y todos los otros ritos. Aunque si me aprendí algunos textos que decía el curita de turno como (cito testuals) "Tomad y bebed todos de él" bla bla bla. Todas bebimos y todo mi problema con el trshágo es culpa del curita, que desde chica me incentivo a beber y de ahí en adelante que soy buena pa tomar. 


Sin haber hecho la primera comunión, fui todos los años monitora en los retiros de primera comunión de las niñitas de cuarto básico; que era un viaje a la playa a jugar y reflexionar. Lo pasaba tan bakan. Armar dinámicas de juegos, ensayar las porras que le hacían a Don Jeshu, jugar en la playa, reírse. No se que tanto habré aportado yo a el camino de luz, verdá y vida. Bueno, en aquellos años, mi alma no estaba tan descarriada, no era tan curá ni tan marihuanera como lo soy ahora, o lo soy a ratos en mi vida. Pero si puedo decir, que esas niñitas dejaron más en mi de lo que yo deje en ellas. Aunque con muchas de ellas sigo en contacto, así que tan mala no era.

El mes del Sagrado Corazón y el Mes de María eran los mas festivos en el colegio, todos los días por lo menos media hora al partir la jornada, nos dedicábamos a cantar y rezarle a Tatita Dioh. Que cosa más aburrida. 

El mes del Sagrado Corazón, era un mes así muy demasiado tierni. Las pocas monjas que tenia el colegio organizaban un desayuno con chocolate caliente y pan dulce. Nos esperaban en la entrada del colegio la directora, los profesores con paletas de chocolates con forma de corazón. Entrabamos al colegio por una puerta con forma de corazón. Hacíamos actividades solidarias de las cuales participábamos con fervor, porque eran los primeros puntos que sumábamos para las alianzas del colegio y lo mejor de todo, ese día salíamos temprano. 
Aunque dejemos algo claro, Jesús era una taza de leche en comparación con la María. La loca tenia una cantidad gigantesca de canciones dedicadas a ella. Podíamos cantar todo el mes una canción distinta cada día dedicada a la más pulenta, la María. La loca buena pal carrete, así quien le va creer que era virgen, si era terrible de buena pal vacile.

Bueno desde que salí del colegio, solo he asistido a misas fúnebres, por lo que mi paso por el templo del señor solo me recuerda cosas tristes. Me pajea sentarme y pararme cada vez que al curita se le para la sotana, por lo que evito a toda costa asistir al templo del señor. 

La gente en general piensa que todos los que estudian en colegio de curas o monjas salen pitiados. Lo que a mi respecta, creo que nací media loca y sería muy irresponsable culpar a las monjas por mi vida descarriada del camino del señor. A pesar de todo, no fue para nada terrible y es más, conocí un montón de gente bakana y lo pase muy bien en el colegio. Creo sin dudar que fueron unos años muy entretenidos. No se porque absurda razón cuando uno es más chico lo único que quiere es salir del colegio. Yo desde que salí, lo único que he querido es que esos años hubiesen durado mas. 







martes, 19 de julio de 2016

Capítulo 9. El Pastel

Todas hemos tenido, conocido, escuchado, olido e identificado a un pastel. El sin dudar es uno de esos. Nos conocemos hace años (muchos, muchos) y el aparece y desaparece por arte de magia de mi vida. 

Hace unos años, debo reconocer, que yo me enamore sin darme cuenta de este Pastel, pero en esos años, mi vida era un caos y decidí hacerme la loca (que es como soluciono muchos problemas en mi vida. Me hago la loca, hasta que se me olvidan, entonces así el problema desaparece) El también se enamoro (Pero nunca coincidimos en enamorarnos en la misma época). 

Paso mucho tiempo en que no supe de él, y la verdad, como suelo ser tan volada no sentí su ausencia. Y sin previo aviso, aparece. Aparece de la manera más absurda y como es su costumbre, desordenando todo, absolutamente todo. Y volvió a desaparecer por unos años. Y volvió a aparecer por unos escasos días. Y volvió a desaparecer nuevamente. Acaso no se aburre de hacer lo mismo? 
Supongo que hará lo mismo. Volverá sin aviso, desordenando todo como es su costumbre; aunque esta vez espero que cuando se le ocurra aparecer, estar muy lejos, para sentir que jamás volvió. 

lunes, 18 de julio de 2016

Capítulo 8. El Desastre


Fui un desastre, soy un desastre y seré un desastre; pero vamos a partir por saber porque (quizás) soy (elegí ser) un desastre.
Cuando chica era nerd, del verbo nerd y viví en esa catalogación de niña tranquila hasta cuando salí del colegio y decidí empeñar mi alma al señor de la botillería y a los traficantes de sustancias ilícitas.

En el principio de los principios de mis tiempos, yo era de la que le molestaban los borrachos, le molestaba la gente que tomaba, los fumadores, los marihuelteros. Pero como bien dice el dicho (dos puntos, abre comillas):  "De esa agua no beberé (porque en el camino nos puede venir la sed, de esa que es peligrosa)" y fue así como mi relación con el trshágo comenzó en una escalada ascendente.  De una vez al mes, pase a una vez por semana y en los períodos que anduve más Brígida, era cosa de todos los días. Aunque la Brígida, abandono  a este cuerpo y ya no habita en mi; de vez en cuando como que me pego los remember con ella, y es ahí, en ese momento cuando queda literalmente la cagada.

Mi padre, que es el ser humano (a pesar de mañoso) que más me ha aguantado. Ha aguantado lidiar con una hija curahuilla, rebelde y loca. Su niñita, salio con más sed que camello en desierto. Y con eso recordé esa canción del colegio de monjas que dice "y beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver a Dios nacer (bis)"

Con todo esto me asalta la duda, seguiré con está sensasaund de saciar la sed constantemente todo lo que me quede de vida? Es que acaso la Brígida no se aburre? porque no se va definitivamente de mai laif. 
Ya a estas alturas parece ser mi amiga imaginaria, que me dice al oído que me tomé los copetes al seco cuando alguien que está mucho mas ebrio de lo que estoy yo, comienza a entonar ese farol no alumbra no alumbra ese farol! Y yo sola me vanaglorio de que puedo hacer africanos o tomarme al seco las latas de cervezas y finalizar con un shansho con el que podría deletrear el abecedario completo. Acaso no puedo retomar con todas mis ganas el sendero del señor, la verdad y la vida, y llevar una vida alejada de todas las tentaciones etílicas y marihuelteras? 

Bueno en verda verda....no las quiero dejar del todo. Y la sabiduría de los dichos no puede ejemplificar de mejor manera esto con dos puntos abro comillas : "El que nace chicharra muere cantando". 
Aunque aclaremos algo; no nací. Fue un proceso de crecimiento y desarrollo personal; o también podríamos calificarlo de una habilidad adquirida. (Se podrá poner en el cebe?) Quizás. 
Quizás ser desastrosa no es tan terrible. Quizás tampoco quiera dejar de serlo. 










martes, 5 de julio de 2016

Capítulo 7. Mekano y lo que dejo en nosotros

A nadie con un poco de amor propio reconocerá jamás de los jamases que vio Mekano, ese programa juvenil, donde salían bailando las chiquillas casi empelota. Tampoco reconocerá que se aprendió todas las coreografías. Menos aun reconocerá que las bailo en el colegio, porque reconocer eso es demasiado poco cool!
Pero, pero... si te ponen estas canciones, tipín cinco de la mañana, en pleno carrete, es demasiado poco cool no saberse las coreografías. En esos momentos y a esa hora, a veces me creo Vivi o Pops. Pero prefiero creerme Vivi, por que fue más viva y se comió a Thiago y a Fabricio. 
Como que me entra no se que wea y me las doy de coreógrafa. Y cinco, seis, siete y ocho! (Asumir que me convierto en gogo dancer en estas situaciones es muy muy poco cool) 
Quienes me conocen, saben los jugos que doy (sin estar alcoholizada, lo que hace peor las circunstancias, porque me pego estos show de coreografías sobria). Aunque esto no solo pasa con las canciones de Mekano, pasa con Cachureos, Gloria Trevi, Supernova, Stereo3, Rafaela Carra y la lista sigue.
Bailar las canciones de Mekano, siempre será menos pecador que bailar un reggeton con el cual, de seguro quedaría embarazada. Y ahora, viendo las cosas en perspectiva, después de todo, no era tan sexualizado como ahora, que más que bailar, parecen ritos de apareamiento.

Me dan unas ganas de mover mi cucumelo!





martes, 28 de junio de 2016

Capítulo 6. María, María.

De chica siempre fui perna, pero del verbo perna, pernísima diría yo.A mi se me soltaron las trenzas después que salí del colegio. Comencé a beber, tuve mis primeras borracheras, empece a fumar (cigarros) y como iba en escalada probé marihuana. 
Mi primera vez fue en Valpo, con unos amigos. Como no volvía a Santiago, nos fuimos a tomar algo. Estábamos en un período con mucho estrés, terminando nuestro examen de título, era justo y necesario desestresarse. Quede voladísima y para colmo, me quedaría en la casa de un amigo donde era la primera vez que conocía a su familia. Comprenderán que ese viaje en micro engullendo comida para que se me pasara y no llegar con cara de juguete.  
Había comenzado a transgredir mis limites de mujer sin vicios, a ser todo lo que mis padres no quieren que sus hijos sean, dejando de lado todos esos libritos del Conace y todas sus campañas anti drogas. Yo me estaba uniendo al otro lado de la fuerza, esas fuerzas que siempre me dijeron que eran malas. Pero resulta que no eran tan malas, y yo lo pasaba shansho tomando. Me encariñe con las cervezas, un amor que mantengo hasta el día de hoy. No puedo resistirme a ellas. Ni a las piscolas, ni al melón con vino, ni al jote, ni la borgoña, ni la sangría, ni a los mojitos (amor eterno a los mojitos). 
Bueno, bueno retomando el tema y no pescando las ramas; mis primeras fumadas fueron muy esporádicas, siempre alguien me convidaba una quemadita. Pero con el tiempo, las cosas fueron ascendiendo. Comencé a comprar. Comencé a tener mi red de dealears, empece a probar diferentes sepas y a consumir con regularidad (casi diaria el último tiempo). Y es en esos momentos que pienso que fue de la niña que le escondía los cigarros al papá? Ya no quedaba nada de ella en mí. Tampoco quedó en mi ninguna de las campañas del Conace. A pesar de que no me reconozco ni alcohólica, ni drogadicta, creo tener una relación cordial con ambas, hemos aprendido a convivir y a comportarnos.








domingo, 26 de junio de 2016

Capítulo 5: Sofía.

Para comenzar esta historia, debo dejar en claro que Sofía no es una persona (aunque solo le falta hablar para serlo) a pesar de eso, he aprendido a descifrar sus maullidos. Sofía es mi gata-hija que hace poco cumplió ocho años.
A Sofía la adopte cerca del metro Pajaritos. Era una cosa diminuta, que caminaba con seguridad. No se cuanto tiempo llevaba en la calle, pero verla tan pequeña, me provoco ganas de no dejarla nunca mas en la vida y decidí, a pesar de todo tomarla en brazos y subirme al metro con destino a mi casa. Y digo a  pesar de todo, porque mi papá me había prohibido llevar más animales a la casa, pensé que me llegaría el reto de la vida y que tendría que buscarle un hogar a esa gata que llevaba. La Sofía era tan cuma, que iba con una garrapata bajo el brazo. Yo jamás en mi vida he visto un gato con garrapatas, podrán dimensionar lo cuma que era ver eso. 

Llegue a casa con cara de "papi, es tan chiquitita, estaba solita en el metro, si la dejaba la iban a atropellar y mi conciencia no podría con eso". Después de esa cara de culpabilidad-pena-sinceridad-y amor por los animales; mi papá, que es el hombre con el corazón más grande que conozco me dijo que no era tan fea y que fuera a comprarle comida. De esa manera llegó Sofía a nuestro hogar. Arisca, ladrona y peleadora serían las palabras que la definirían cuando llego, ni parecida a la gata que es hoy.
Con el paso de los años, y la muerte de mis otros gatos; Sofía quedo sola en casa (sola al ser la única gata). Era callejera, quien pasara por afuera de mi casa la conocía, la saludan por su nombre y ella la muy fácil se dejaba acariciar. Hasta que hace tres años atrás, la Sofía se perdió. Llegue el fin de semana, y la Sofía no había llegado. 
Dos semanas estuvo perdida, y cuando regreso, volvió con sus cuatro patitas quemadas. Desde ese entonces, le teme a otras personas, aunque es más regalona y casera de lo que era antes. 
Duerme en mi cama, le gusta dormir tapada en invierno, y en verano al lado de mi cabeza. Le gusta comer pollo cocido; que le rasque la cabeza. Toma agua desde la llave corriendo, me hace nanai cuando estoy enferma. Ama su collar con campanitas. Maúlla para pedir las cosas y me espera todas las noches a que llegue a casa y me mira feo si la dejo mucho sola.
Todos le dicen de diferentes formas, Sofía, Sofía Tataena, Titita, Titi, Tita y ella entiende de cualquier forma que se le llame. Me importa un reverendo pepino que la gente encuentre absurda mi manera de querer a los animales, aunque quienes me conocen saben como les hablo y se burlan de mi tono de voz. Espero que mi gatita vieja me dure unos años más, porque no me imagino no tener con quien discutir en las mañanas por el espacio en la cama, y porque es insoportable cuando tiene hambre. Compartimos la flojera los domingos y ese amor tan lindo de mirarnos y entendernos!


Hay amores sigilosos, suave 
Como una acuarela en pincel de aire 
Sincronía en la constante, eleva 
Libera endorfinas esfumantes

miércoles, 22 de junio de 2016

Capítulo 4. El Pelao.

Él es el hombre con el corazón más grande y bondadoso que he conocido en mi vida, y ademas afortunadamente también es mi padre.La relación con uno de mis grandes amores no ha sido color de rosas, ambos somos tercos, porfiados, peleadores, llevados de nuestras ideas, pero nos amamos profundamente.
Mi padre ha tenido que lidiar con una hija un tanto rebelde, llevada de sus ideas, independiente, terca como una burra y que además habla tan fuerte como él. Soy la tercera hija de esta familia numerosa (bueno para estos tiempos, las familias tenían tres o cuatro hijos) y soy la única hija mujers, podrán comprender lo que eso significa. Era/ soy la niñita de la casa, la señorita. Pero resulta que salí más loca que cabra de monte y más Juana tres cocos de lo que ellos esperaban. La verdá? No esperaban nada de lo que soy supongo, o nada de lo que los padres piensan al tener una niñita. 

La relación con mi padre quizás comienza en mi adolescencia; porque no antes?, bueno cuatro niños chicos, jamás nos regalaron nada y el origen de mi familia es humilde, a punta de esfuerzo y en plena dictadura, la cosa no era fácil. Mi papá trabajaba en dos lados, y cuando nací yo, comenzó con su empresa independiente. Quizás por eso no lo tengo presente más chica. Era mi Tata quien iba a mis presentaciones del colegio, porque mi papá trabajaba muy duro en esa época, bueno lo sigue haciendo, y creo que es el hombre más trabajador y esforzado que conozco.

De adolescente, joven y rebelde comencé a trabajar en la mini empresa familiar, y también comenzaron los conflictos con él. A pesar que creo de adolescente era harto perna y media aweoná, nunca di problemas de conducta o académicos en el colegio. Pero no soy de quedarme callada, menos con mi papi. 


Mi familia conservadora y con está hija media loca, y el momento del primer round épico fue: el piercing. Para mi papá desde ese momento que comencé a ser un poco delincuente. Aun sigo usando el aro en mi nariz. Mushoss años después le dije que me iba a tatuar, y comencé a preparar el camino con mucho tiempo. Todos los días le decía "papá, me voy a tatuar", "papá, me voy a tatuar", "papá, me voy a tatuar". Como lo dije tanto tiempo y nunca me lo hacía, supongo pensó que no me lo haría. Siempre me respondía de vuelta "los delincuentes usan tatuajes" y bla bla bla. Fue así como tome la hora y fui un día lunes temprano a "hacerme algo chiquitito en el brazo". Cuando voy saliendo de mi casa, mi papi me pregunta: 

- Y tú para donde vas?
- A hacerme el tatuaje po papá, si te dije que tenía la hora para hoy
- Como?
- Ya papi, me voy que voy atrasada.

Mi papi con ataque en su cocoro! Ahora tendría una the rials hija delincuente, salida de Colina nanber wuan! Pero a pesar de sus palabras de rechazo, al verlo, después de procesarlo, me dijo que igual tenía buen gusto y que había quedado lindo. 
A pesar de que critique mis decisiones, como cuando se me ocurrió viajar sola a tomar fotos; o cuando me fui a Perú con una amiga por casi un mes, o en infinidad de otras ocasiones donde no comparte mis ideas ni los riesgos a los que me expongo; no puedo negar que mi viejo siempre me ha apañado. En cada decisión, cuerda o no que he tomado en mi vida, mi viejo me apoya igual. 

Si tuviera que describir a mi viejo sería algo así como: es el ser más trabajolico que conozco; con cero ritmo en su cuerpo; mas tieso que bailar con la escoba haciendo aseo; protector, alaraco, bondadoso, amante de los animales y de Cecilia. 

No es un hombre perfecto, pero para mi a pesar de sus errores, de sus opiniones tan diferentes a las mías, nos amamos una cantidá enorme. Es un poco torpe en los afectos, pero ha ido aprendiendo a lo largo del camino que llevamos recorrido ambos. A pesar de todo, nos adoramos. Y se que ambos estamos orgullosisisimos de todo lo que hace el otro. A mi hombre imperfecto, pero el más perfecto para mí, mi papi. Te amo con todito mi corasound!



Recordaremos lo esencial
para encontrar cuando esperar
para buscarnos y encontrarnos

lunes, 20 de junio de 2016

Capítulo 3. Borracho, borrachito, paso mis días solito!

Aunque la canción de Ráfaga debería decir: "Borracha, borrachita, paso mis días solita" En mis años de borrashera nunca los pase sola, sino con mi partner de trshago. 
Y partiré, por donde todo debe partir para que tenga sentido: el principio. Es así como yo niñita del colegio de monjas, nerd y ñoña había sido pateada (una de las tantas veces, por el único ex ex de la vida). Moría de dolor mi corasaund y no se me ocurrió nada mejor que ponerme a tomar. Tomaba lo que viniera. 
En esos años daba lo mismo si fuera lunes o domingo, no existía restricción para que días beber, ni tampoco en que medida. Así pase por mi etapa de Brígidamente Postre, este apodo que me autoimpuse fue algo así por más de un año. Yo no era buena pal trshago, pero la Brígida, ese ser que habitaba en mí, ella sí lo era. Y ademas siempre terminaba postre. 
Fue así como la Brígida partía un miércoles, con la otra amiga buena pal trshago, apañadora y fiel. Esa amiga, que te agarraba el pelo, que te daba palmaditas en la espalda después de casi vomitar los intestinos, la que se quedaba despierta cuidando de que a la Brígida no le diera un coma etílico. Llegaba a la casa, bueno no recuerdo mucho como llegaba, pero llegaba. Al otro día, le pedía perdón a diosito y a mi mami, que me miraba con cara de "que hice mal en mi otra vida para merecer esto", su niñita, su única hija, era más curáh que sus otros tres hijos juntos. Recibía cabeza gacha todos los retos del universo en completo silencio de la boca de mi mamá, y le prometía que no tomaría más y que me volvería un mujer del señor, pero por mi que ese señor, fuera el señor de la botillería, pero no! 
Así pase un año, tomándome hasta el agua del florero, carrete que me invitaban allá estaba yo. A veces partía tomando tempranito, tipín once de la mañana. 
A pesar de que este período de ranciedad se prolongo más de lo que yo hubiese querido, fue así. Vomite mesas ajenas, con gente que no conocía. Rompí el lavamanos de la casa de mi amiga apañadora buena pal trashgó. Competí porque quien bebía más con un desconocido que me quería comer, y termine tan curá que mi amiga que me había abandonado no sabía como me había bajado casi medio chimbombo en menos de media hora.  Me subí a autos con conductores que andaban tan borrachos como yo. 
En eso años, lo reconozco, fui un ser rancio y demasiado irresponsable. Creo que nunca más me he emborrachado como en esa época. Bueno, Conífera del Bosque llego para dar calma a la Brígidamente Postre que habitaba en mí. 
Ráfaga y su canción calo hondo en mi corasaund, osea describía a la perfección todo lo que pasaba en mi abro comillas y cito textuals:


"Paso mis días triste y borracho, 
Pensando solo en ti 
Sé que tu ya no me quieres 
Chica, chica presumida "


Llevo años alejada del mundillo del carrete tóxico, ahora ese ex ex, es como un completo desconocido, pero reconozco que haberme pateado fue una buena excusa para haber pasado por un período de ranciedad, que supongo era necesario vivir. Ahora, desde que soy un árbol rehabilitado, salir a tomar el sol o caminar tarde por la noche es demasiado extremo para mi una mujers, que encontró el camino de la luz, la verdá y la vida!


Capítulo 2. Yo Peluquera

Desde pequeña he sido un poco desastrosa y he tenido una fijación por creerme peluquera. Lo peor de todo que sé que siempre el resultado final, después de haber tomado la tijera será terrible, pero de todas maneras siempre corro el riesgo.
Supongo que después de ver el joven manos de tijera, siempre me he creído un poco la niña manos de tijera; pero como diría mi mamá, soy la niña manito de poto....siempre dejo la cagada. 

Mi primera experiencia fue Bobby, el perro de mi tía. El Bobby era un quiltro peludo como un poodle, y yo en un acto de misericordia y porque pensaba que él no veía bien, no sé me ocurrió mejor manera de ayudarlo que cortarle el pelo. Lamento tanto lo que hice a Bobby y a todos mis otros perros a lo largo de mi vida. Pero aclaro que ellos no fueron los únicos, por que yo también me sometí a diversos cambios de look. 

El primero, del cual no tengo memoria, pero mi madre me lo echa en cara cada vez que puede para avergonzarme sobre mis malos dotes de peluquera frustrada, fue cuando mi mamá había tenido a mi hermano pequeño. La verdad cada vez que me cuenta, me da un ataque de risa. Llegue a verla a la maternidad con un gorro de lana, que me puso mi abuela en plena primavera. Mi madre dudo al toque de mi look pachamamico y cacho al toque que alguna cagada me había mandado. Quede como príncipe valiente con mi cambio de look, osea demasiado poco cool.

Y por lo menos una vez al año, y en un ataque de locura no controlable, pesco la tijera y paff, me dejó la cagada. Una cagada tan descomunal, que mi consuelo siempre es; no importa, el pelo crece! Como que me gusta autoatentarme cada cierto tiempo. Menos mal nunca he sido aficionada a las tinturas, sino a estas alturas de mi vida, ya estaría pelada!


domingo, 19 de junio de 2016

Capítulo 1. Conífera del Bosque

En la realidad, no soy una conífera. Las coníferas son árboles perennes y de formas cónicas; pero el juego de palabras que resulta de este tipo de árboles y mi nombre the rials es entretenido. 

No me considero una persona para nada madura, siento que aun no tengo mi vida encarrilada y quizás tampoco la quiero encarrilar. Tengo una gata que recogí hace ocho años a la cual considero mi hija no biológica, peluda y de cuatro patas; a veces creo que ella me entiende más que las personas y eso no quiere decir que soy un ser antisocial, solo que mi gata me entiende mejor que los humanos, lo que a mis ojos, la hace única y especial.

Hace algunos años me asumí como lo que soy, un ser disperso, esa es mi naturaleza. Tengo curiosidad del mundo, de las cosas, de la vida. Supongo que mis padres han ayudado a que yo crea en mi, más de lo que yo misma creo. No tengo trancas afectivas, crecí en una familia conservadora, estudie toda mi vida en colegio de monjas, soy buena pa la shushá y la talla doble sentido. Siempre me he considerado la hija rebelde de la familia y a pesar de las diferencias siempre me he sentido apoyada en las locuras por mis viejos. Me hice un piercing chica, viaje sola, me tatué y soy la hija delincuente de mi padre, pero a pesar de todo el me ama por lo desvergonzada que soy para enfrentar la vida.

Amo los perros, ver películas, parecer indigente los fines de semana en la casa. Me gusta tomar fotos, acariciar perros callejeros, tomar cerveza, el vino tinto. Mi bicicleta, leer, pintar.  Los vestidos, mi cama. Bailar con desenfreno. Reírme (y no como señorita precisamente), hablar weas y escribir weas como está...que a nadie le importa.

Soy sociable por naturaleza, pero desde hace algún tiempo aprecio mis tiempos a sola. Aprecio los desafíos y vivir en un colapso continuo, en el fondo de mi ser pienso que si no hago muchas cosas, estoy desperdiciando tiempo importante de mi vida y por lo mismo vivo quejándome que no tengo tiempo para hacer nada!